Deportivo y Tenerife se reencuentran mañana en el Heliodoro Rodríguez López después de cuatro años sin que los caminos de ambos equipos se cruzasen en partido de competición oficial. Fue también en un mes de octubre, pero de 2009. Una relación que ha perdido intensidad con el paso de los años y que tuvo su momento álgido en la década de los noventa debido a la fuerte alianza que mantuvieron en esa época Augusto César Lendoiro y Javier Pérez, presidentes de ambos clubes, basada en la compraventa de futbolistas que el dirigente coruñés bautizó como operación Avecilla.

La relación inicial puede encontrarse cuando ambos se cruzaron durante la promoción de la temporada 1989-90. El Deportivo intentaba el ascenso a Primera División dos años después de la llegada de Lendoiro a la presidencia; el Tenerife luchaba por mantenerse en la máxima categoría a la que había llegado un año antes. Los chicharreros consiguieron el objetivo de la permanencia gracias a un gol de Eduardo en el partido de vuelta celebrado en Riazor, que los blanquiazules encaraban con la vitola de favoritos, tras el empate sin goles alcanzado en la ida en campo canario.

El Deportivo volvía a acariciar el retorno a la Primera División, de la que llevaba alejado 17 años, y volvía a quedarse a la puertas. En el Heliodoro Rodríguez López se fraguó el posterior fracaso de Riazor. En el partido de ida Manolo Hierro se encargó de dejar a los coruñeses sin Stoyanov, un delantero búlgaro que había llegado en la recta final de la temporada para intentar un ascenso que inicialmente no entraba en los planes de Lendoiro. Manolo Hierro le rompió la nariz al darle un codazo a escasa distancia de Ramos Marcos, el árbitro, que había visto perfectamente la acción. Emuló a su hermano Fernando, que la temporada anterior se había cansado de agredir a Fran en la semifinal de Copa contra el Valladolid dirigida por Soriano Aladrén.

Aquel encuentro de promoción supuso el principio de una relación entre dos dirigentes novatos que pretendían marcar época al frente de sus respectivos equipos. De hecho lo consiguieron. Del pacto Lendoiro-Pérez, en el que también participó José Fouto, presidente del Mérida, se produjo la llegada al Deportivo de futbolistas como Jokanovic, Makaay, Emerson procedentes del conjunto canario, y de Barata, del Mérida, aunque éste no llegó a vestir nunca la camiseta deportivista, pues se marchó directamente para el Tenerife. Al cuadro chicharrero también se fueron desde A Coruña, producto de la operación Avecilla, Jaime, Manel, Aira, entre otros.

El pacto concluyó cuando Javier Pérez abandonó la presidencia del Tenerife a causa de una enfermedad que acabó con su vida en diciembre de 2004. Durante su mandato el equipo canario se asentó en la elite del fútbol español e incluso llegó a participar en la Copa de la UEFA. Pero los años de bonanza, deportiva y económica, dejaron paso a otros más tristes que acabaron con el equipo en Segunda División B. Fue al término de la pasada campaña cuando logró el ascenso a la categoría de plata, en la que de momento se debate por la zona baja de la tabla. El Deportivo acude siempre a Santa Cruz como equipo amigo y como tal es recibido, aunque ahora ya no existan pactos. En el recuerdo siempre quedará, tanto en A Coruña como en Tenerife, aquella operación Avecilla que promovieron un tal Pérez y un tal Lendoiro, desconocidos en el fútbol español cuando accedieron a la presidencia de sus respectivos clubes, a los que hicieron grandes y con los que se hicieron grandes.