Al comienzo de la temporada, con el equipo instalado en las dudas por la apresurada confección de la plantilla, los jugadores reclamaron tiempo para asimilar ideas, conocerse mutuamente y apuntalar la estructura sobre la que afrontar el objetivo de la temporada. El entrenador, Fernando Vázquez, pronosticó que las aspiraciones de cada equipo no se conocerían hasta comienzos del mes de diciembre. Transcurrido ese tiempo, el vaticinio del técnico se ha cumplido al mismo tiempo que las piezas empiezan a encajar.

Colocado ahora en los puestos de ascenso directo y a un punto de distancia del liderato, el vestuario reivindica un trabajo fraguado alrededor de un ruido institucional que arreciará con el paso de las semanas. También trata de templar la euforia después de unos resultados ilusionantes ante rivales teóricamente llamados a pelear por los puestos de cabeza de la tabla.

"No está nada dicho, pero vamos por el buen camino", evaluó ayer Culio, protagonista en el campo de la mejoría protagonizada por los de Vázquez en las últimas jornadas. "Poco a poco vamos conociéndonos mejor y el equipo se está acoplando", apuntó.

Su metamorfosis personal en los últimos partidos ha contribuido también a la de un equipo hasta hace bien poco con muchas dificultades para combinar y poner en aprietos a los rivales. Su participación se ha convertido en decisiva para los blanquiazules, que se aprovechan de su habilidad a balón parado y del liderazgo que parece haber asumido de tres cuartos hacia delante del campo. "No hice pretemporada", recordó ayer; "pero partido tras partido voy encontrando la forma".

Su mejoría física se ha traducido en una mayor compenetración con sus compañeros. El rifirrafe que mantuvo en su día con Luisinho parece olvidado por su entendimiento en el campo y su tendencia individualista, de la que incluso se disculpó ayer tras el entrenamiento, es mejor aprovechada actualmente por el equipo. "Siempre me gustó tener la pelota", se justificó el argentino; "si no tengo el balón me empiezo a fastidiar".

El principal motivo para la mejora del equipo y por consiguiente del rendimiento individual de los futbolistas hay que buscarlo también, según Culio, en que se han asimilado unas señas de identidad que distinguen a los deportivistas frente al resto de conjuntos de la categoría. "Este era un equipo que recién se armaba", pronunció ayer. "En la plantilla éramos casi todos jugadores nuevos".

Esa desventaja se ha ido compensando con el paso de los partidos y a medida también que los blanquiazules ganaban confianza a pesar de las dificultades y las lagunas en el juego. Los buenos resultados ayudaron a la evolución de un conjunto que, de acuerdo a Culio, es fácilmente identificable por sus características. "Nos temen por que saben a qué jugamos, saben que tienen que tener cuidado y saben que al más mínimo error terminamos las jugadas", recitó ayer el argentino sobre el fútbol de los deportivistas. "Sabemos a lo que jugamos", añadió antes de viajar a Ponferrada para un partido en el que los blanquiazules podrían ampliar su racha de tres victorias seguidas.