Víctor Fernández dejó de ser ayer entrenador del Deportivo tras el empate frente al Córdoba. Antes de que el club confirmase oficialmente la destitución, el técnico ya la adelantó en la rueda de prensa posterior al partido. Fue su manera de despedirse después de casi nueve meses al frente de la plantilla blanquiazul. "Deseo lo mejor para el Dépor en el futuro. Estoy convencido de que va a conseguir la salvación y estoy convencido de que también la hubiera conseguido conmigo", manifestó el ya extécnico deportivista.

El resultado terminó por confirmar lo que el presidente, Tino Fernández, le había adelantado en una conversación telefónica el lunes: si no ganaba, sería destituido. Esa llamada la desveló el entrenador cuando se le cuestionó sobre su continuidad en el equipo. "Creo que es mi último partido, seguro", manifestó. "Si se cumple la llamada telefónica del presidente del lunes, es mi último partido", añadió

Víctor Fernández, no obstante, quiso reivindicar su trabajo durante estos nueve meses, en los que ya el martes en su comparecencia previa al partido subrayó las dificultades por las que ha atravesado, y destacó la relación con la plantilla. "Dar las gracias a todo el mundo. Especialmente a los jugadores, que para mí son mi patrimonio", dijo.

"Salgo con la cabeza alta aunque algunos intentaran lo contrario. Me voy con paz interior e insatisfacción de que, aunque estamos dentro del objetivo de la permanencia, deberíamos tener cuatro o cinco puntos más", señaló sobre su marcha.

Este ultimátum ha sido el decisivo para el técnico después de esquivar ya en anteriores ocasiones la amenaza de la destitución por parte de la directiva. Víctor Fernández, según confesó ayer, trató de mantener a los jugadores alejados de esas situaciones, pero terminaron haciendo mella en él. "Intenté mantenerlo en la interioridad, que los jugadores no supieran absolutamente nada, pero los jugadores llega un momento en que lo saben. La pregunta más frecuente en las ruedas de prensa ha sido sobre mi persona. Les doy las gracias. Yo creo que sabían mucho más en esta ocasión que en las anteriores porque no daban crédito", opinó.

El exentrenador deportivista mantuvo la consideración hasta los que hasta hace unas horas han sido sus superiores, pero al mismo tiempo no pudo evitar recriminarles que se conociese antes de la disputa del decisivo partido contra el Córdoba que se jugaría el puesto. "No voy a reprocharle nada", declaró sobre el presidente, Tino Fernández. "Si hay uno que necesita cariño en esta ciudad es el presidente", apuntó.

La falta de sintonía con la grada volvió a materializarse ayer durante el encuentro. Los aficionados volvieron a reclamar su marcha y dejaron patente que nunca han tenido especial simpatía por un entrenador al que su llegada y el modo en el que sustituyó a Fernando Vázquez terminaron pasándole factura. "Seguro que me he equivocado muchísimo porque no he hecho feliz a nadie", admitió. "Algo falta más, aparte de puntos, porque cuando hemos jugado bien tampoco se ha llegado a reconocer", resumió de su paso por el equipo.

Víctor Fernández terminó desando suerte al que ocupe su cargo de aquí en adelante y se mostró esperanzado de que el cambio en el banquillo tenga un efecto revitalizante en la plantilla. "Le deseo fervientemente de que si eso se produzca sea algo bueno para el Dépor", apuntó. "A veces sale muy bien y otras no sale", agregó sin embargo sobre los cambios en los banquillos.

Su destitución terminó eclipsando lo ocurrido en un partido del que rescató especialmente el punto logrado. "Ojalá que este punto a final de temporada nos sirva para la salvación. Por el momento nos sirve para estar fuera del descenso", subrayó el extécnico.