Carlos del Campo, secretario general de la Liga del Fútbol Profesional (LFP), participó ayer en el Foro Fútbol sin violencia que organizó Agaxede. Su presencia en un acto como este refuerza el apoyo de la Liga a la lucha contra la violencia, pero la sanción de la FIFA al Almería -tres puntos menos por no pagar al Aalborg por el traspaso de Jakobsen- también fue objeto de consulta al alto dirigente de la patronal del fútbol porque afecta directamente al Deportivo. Según la clasificación de la Federación Española de Fútbol (FEF) el conjunto almeriense tiene 25 puntos -le dedujo los tres de sanción-, pero la LFP lo mantiene con 28 puntos en la tabla.

-¿En qué situación se encuentra el asunto de la sanción de tres puntos al Almería?

-El Almería ha ejercido su derecho a defensa, como no podía ser de otra manera. Lo único que espero es que se resuelva en derecho y, obviamente, que se resuelva lo más rápido posible para que la afección a posibles terceros quede clara. La clasificación que vale es la final, pero indudablemente recuerdo que el organizador de la competición es la Liga en coordinación con la Federación.

-Hay un lío con la clasificación, ¿a cuál hay que hacer caso, a la de la Liga o a la de la Federación?

-Yo he de recordar que la competencia en temas disciplinarios está formada por un comité de la competición profesional.

-¿Qué sucedería si no hay una resolución antes de que acabe la Liga?

-No lo sé, es que no está en nuestra mano. La resolución está en manos de órganos externos a la organización competicional. En este caso, han presentando recursos ante TAD y TAS, hay que esperar a que se resuelva. Vamos a esperar que haya una resolución antes del 24 de mayo, espero y deseo, pero es algo que no está en nuestra mano.

-¿Qué conclusión saca de este foro en el que ha participado aquí en A Coruña?

-La conclusión es positiva teniendo en cuenta que es un foro para el debate y la reflexión, y para sacar conclusiones respecto al tema de la violencia en el fútbol. En cualquier caso, creo que ha estado muy bien organizado.

-¿Le ve una utilidad práctica?

-Indudablemente tiene utilidad práctica. Se trata de concienciar, debatir en un foro tan especializado. Ha venido gente especializada en fútbol, no son estudiantes, están especializados.

-¿Quizá sería idónea una mayor participación de aficionados? Aunque no parece sencillo.

-Yo creo que se han tratado aspectos sociológicos y pedagógicos de cara al aficionado y especialmente la cultura del fútbol base. La participación directa del aficionado es complicada. No estaría mal articularla pero es complicado. Por eso un poco la presencia de AFP.

-¿El 30 de noviembre marcó un antes y un después en la aplicación de una ley que viene desde 2007?

-Básicamente yo creo que tampoco es que estemos tomando las medidas como consecuencia de lo ocurrido el 30 de noviembre. Sino que llevamos trabajando desde el año 90. Como consecuencia de la famosa bengala marina en Sarria, ya se aplican medidas importantísimas como la remodelación de los estadios de pie a sentados, o el establecimiento de unidades de control operativo, el establecimiento de control de acceso, etc. Lamentablemente los sucesos nos generan un mayor compromiso con algo que ya veníamos desarrollando. España en esta labor, desde el año 90, ha sido pionera pero insisto, lamentablemente, esto nos ha hecho renovar el compromiso para tener un fútbol saludable y que la gente acuda a los estadios con seguridad. Un elemento vertebrador, no que la gente tenga temor a ir al fútbol con sus hijos.

-La ley es punitiva y coercitiva, ¿no cree que habría que ir más por la vía educacional?

-Yo creo que todo es complementario. También son medidas informativas, desde el punto de vista práctico. Indudablemente sí se deben aplicar medidas educacionales, porque al final esto es un programa de educación civil. Y cultural.

-¿No existe excesivo celo con ciertos cánticos en los estadios?

-¿Por qué excesivas? Es intentar aplicar lo que viene establecido en una ley desde el año 2007, ¿eso es excesivo? La consecuencia práctica y el resultado que hemos tenido es que la violencia verbal ha bajado significativamente. Tenemos que aplicar medidas para que nadie vaya a un estado a insultar, eso no tiene ningún sentido. Insisto, para que la gente vaya a un estadio a disfrutar, no a insultar. Afortunadamente es una pequeñísima minoría, pero a lo mejor muchas veces puede dar la imagen en general. Pero vamos, en el caso de A Coruña, de Riazor, los que se dedican a insultar son una pequeñísima minoría con respecto al aforo total.

-¿El fútbol es desahogo?

-Eso es un experimento sociológico, que a lo mejor sale lo peor de uno mismo. Pero también tenemos que, no digo reeducar, sino concienciar a la gente de que esto tiene que ser un elemento de unión. Nosotros como organizadores de un espectáculo lo único que pretendemos es lo mejor para nuestro espectáculo y nuestro negocio. E indudablemente la violencia, ya se genere de cualquier forma verbal o física, tenemos que combatir todo lo que la fomente. Es cierto que en un campo de fútbol muchas veces sale lo peor de uno mismo y luego se pregunta, pero ¿qué estoy haciendo? Es debido, normalmente, a una sobreexcitación.

-¿Diferencia usted entre ultras y violentos?

-Desgraciadamente la mayoría de las ocasiones van un poco unidos. En la mayoría. También hay veces que son ultras y no violentos. Ultras desde el punto de vista de ir contra la corriente de un aficionado ordinario. Muchas veces han ido unidos los dos conceptos.

-¿Tienen algún dato de cómo está el proceso de lo sucedido el pasado 30 de noviembre en la proximidades del Manzanares?

-Ahora mismo está todo judicializado y creo que bajo secreto de sumario, por lo tanto desde ese punto de vista no tenemos más noticias que lo que ha transcendido públicamente.