Manuel Pablo quiere seguir compitiendo una temporada más, un deseo que se convertirá en realidad siempre y cuando cuente con la aprobación de los técnicos del Deportivo, con Víctor Sánchez a la cabeza. Si finalmente continúa en activo, el grancanario podría jugar en Primera con los 40 cumplidos, como antes hicieran dos excompañeros suyos: Donato Gama da Silva y Jacques Celestin Songo'o. Son los precedentes blanquiazules de un selecto grupo de abuelos de la Liga, cuyo último integrante en unirse fue el portero César Sánchez. El extremeño se estrenó con el Villarreal siendo un cuarentón después de haber pasado por diferentes clubes, entre ellos el Madrid, con el que en 2002 perdió la histórica final del Centenariazo conquistada por el Deportivo en el Santiago Bernabéu. Manuel Pablo y Donato festejaron por todo lo alto aquel título, aunque no pudieron ayudar sobre el césped por culpa de sendas lesiones.

El hispanobrasileño compartió muchos años vestuario con el grancanario. Juntos ganaron la Liga en 2000, con Songo'o bajo palos, y otros tres títulos más: dos Supercopas (2000 y 2002) y una Copa del Rey (2002). Donato se marchó del Deportivo en 2003 tras haber cumplido con creces a sus 40 años. "Yo me conocía a mí mismo y creo que podía haber jugado hasta los 42 o los 43, pero no tenía la confianza del entrenador (Javier Irureta) ni del club. Cada año fichaban defensas para quitarme el puesto -recuerda Donato-. Era el equipo que más centrales tenía y al final terminaba jugando yo". El hispanobrasileño considera "fundamental" para la continuidad de Manuel Pablo que el grancanario cuente con la confianza del técnico, en este caso de Víctor Sánchez. "Si tienes ese apoyo y el entrenador sabe sacar lo mejor de ti, entonces fenomenal. Creo que Manolo está decidido a seguir porque sabe que tiene condiciones para continuar. Me alegro por él. Lo más importante es la opinión del míster -insiste el exdeportivista-. El problema es cuando tú tienes que luchar contra la directiva y el entrenador para demostrar que tienes condiciones, como me pasó a mí".

No será ese el caso de Manuel Pablo, quien antes de confirmar su continuidad quiere tener claro si partirá en igualdad de condiciones con sus compañeros para luchar por tener minutos y así poder ayudar sobre el terreno de juego. Pretende sentirse útil y "no ser un florero", tal y como explicó anteayer en Begano durante un acto conmemorativo de los cien años de Coca Cola. La decisión, sea la que sea, será algo "consensuado" con los técnicos y con el club, no algo impuesto por el futbolista.

Soplará 40 velas el 25 de enero del año que viene, es decir, mediada la próxima temporada. Si juega después de su cumpleaños uniría su nombre al de un reducido grupo de cuarentones que compitieron en la máxima categoría del fútbol español. La lista la encabeza Harry Lowe, aunque de forma anecdótica. En 1935 entrenaba a la Real Sociedad, que entonces competía bajo el nombre de Donostia Football Club. Tenía que jugar en Valencia y solo viajó con once futbolistas, ya que entonces no había sustituciones. Uno de sus pupilos se puso enfermo antes del encuentro y el técnico inglés prefirió vestirse de corto y competir antes que presentar una alineación con diez jugadores en vez de once. Tenía 48 años y 226 días. Ocho décadas después, en 2013, el portero Ricardo López se despidió de Osasuna con los 41 cumplidos, la misma edad con la que Amedeo Carboni colgó las botas en el Valencia.

Los dos siguientes más viejos que jugaron en Primera son los exdeportivistas Donato y Songo'o. El central disputó su último partido en Riazor el 21 de junio de 2003, con 40 años y 173 días. Un año después, el 23 de mayo de 2004, Songo'o disputaba los minutos finales en El Sardinero con 40 años y 67 días. Fue un premio a su constancia y dedicación en esa su segunda etapa en el Dépor, al que regresó para ser el tercer portero en el curso 2003-04 a la sombra de José Francisco Molina y Gustavo Munúa. Solo participó en aquel encuentro de la última jornada frente al Racing de Santander. Fue una temporada prácticamente en blanco para Songo'o, justo lo que ahora pretende evitar Manuel Pablo. Quiere seguir, pero no para estar por estar. Solo si es para ayudar dentro del campo, no solo fuera.