El Deportivo es un equipo que no regatea el esfuerzo, corre, pelea, lo malo es que todo lo hace con escasa rentabilidad, tanto defensiva como ofensiva. Falta pausa en muchas fases del juego y eso le crea muchos problemas.

Ayery, el Sporting de Gijón no descubrió demasiado las carencias defensivas del equipo coruñés, y cuando lo hizo llevó peligro e incluso sacó rentabilidad en una jugada en la que se supone que el Deportivo tiene un punto fuerte, en el balón parado.

Hubo superioridad blanquiazul sí, se jugaba prácticamente en una sola dirección, pero semeja que para obtener una mínima rentabilidad final, hay que dejarse en el camino hasta el último aliento.

Preocupante será, cuando esto no sea suficiente contra rivales de mayor entidad.

Mucho juego interior que no lleva a ninguna parte en su finalización, la falta de profundidad en las bandas es tan evidente, que los laterales no pisaron ni se aproximaron una sola vez a la línea de fondo.

Sería bueno ir definiendo la forma de llegar al gol con delanteros diferentes a Lucas Pérez. Andone es un futbolista finalizador, no ofrece el mismo rendimiento cuando se aleja del área o cuando tiene que colaborar en la última jugada, salvo si es para finalizarla. Para facilitarle, o al menos no dejar en desventaja su aportación, es importante llevar el balón por fuera lo más profundo posible.

Curiosamente, los últimos minutos del partido fueron los mejor jugados en ataque, con profundidad y moviendo el balón rápido hacia adentro, así se llegó a encontrar mejores posiciones de gol, como lo demuestra el conseguido por Babel. Por ello, lo mejor el final. Resultado y juego incluido.