Alrededor de 500 deportivistas acudieron ayer a la ciudad deportiva de Abegondo para seguir la sesión programada por el entrenador blanquiazul, Pepe Mel, antes de que el equipo se concentrara para el compromiso de esta tarde en Riazor frente al derbi. La convocatoria realizada por la Federación de Peñas y por los Riazor Blues fue exitosa y obtuvo una respuesta satisfactoria por parte de los futbolistas.

Fue un ensayo corto, protagonizado por los seguidores que acompañaron a los jugadores. El equipo correspondió el gesto y antes de que Mel comenzara el entrenamiento se acercaron a las gradas para saludar a los aficionados que habían acudido a dar ánimos ante el clásico de mañana. También lo hicieron al final, cuando aún no había transcurrido una hora desde el comienzo del ensayo. Los jugadores volvieron a acercarse a la zona de la grada para agradecer el apoyo antes de una cita tan importante para el deportivismo.

La respuesta de la afición blanquiazul está siendo impresionante y ayer, poco después del mediodía, el club pudo colgar el cartel de no hay billetes por primera vez en esta temporada. La previsión es que Riazor se llene, aunque que lograr que esté a tope dependerá en buena medida de la respuesta de los socios, el resto respondió, aunque en gran medida el club contó con la colaboración de diversas entidades, entre ellas la Federación Unión de Comercio Coruñés (FUCC), que sorteó 20 entradas.

Las movilizaciones de los aficionados no se quedan en la presencia en Abegondo, pues para esta tarde también hay una convocatoria a las cinco para recibir al autobús que trasladará al equipo al estadio. También hay un anuncio, coincide con una petición del club, para que todos los seguidores accedan al interior del estadio como máximo quince minutos antes de que el balón empiece a rodar. Antes del partido los deportivistas mostrarán un tifo y sonará el himno gallego.

Un acto en el que también participarán los algo más de 900 aficionados del Celta que estarán en Riazor. El encuentro ha sido declarado de alto riesgo, aunque en los últimos enfrentamientos entre ambos equipos apenas se produjeron incidentes después de que desde diferentes sectores, empezando por los propios clubes, se hayan hecho esfuerzos por normalizar las relaciones y disfrutar de un encuentro de rivalidad en absoluta calma.

El celtismo, como el deportivismo, tiene ganas de derbi como lo demostró hace unas semanas cuando agotaron en una mañana las 880 entradas que el Deportivo había puesto a su disposición para este encuentro.