Pepe Mel afrontará hoy el partido ante el Granada agobiado por las dos derrotas consecutivas del equipo y al mismo tiempo concienciado de que se trata de un compromiso capital en la carrera hacia la salvación. El entrenador deportivista prefirió evitar ayer los catastrofismos y rechazó el carácter de "final" que para muchos posee el encuentro. "Para nosotros, gracias a Dios no es una final; para el rival, sí, y, por tanto, tiene mucho peligro el partido", reflexionó.

Lo que sí admite es que es un duelo decisivo en el camino del equipo hacia una permanencia sin agobios. "Tenemos que salir desde el minuto uno sabiendo que es el partido que nos puede dar una tranquilidad tremenda", subrayó. "Quiero transmitirle a los jugadores que ganando al Granada tenemos posibilidades de quedar en mitad de la tabla", añadió.

Para ello solicitó también la colaboración de un afición a la que hasta ahora apenas había reclamado nada. El técnico madrileño es partidario de que sea el equipo el que anime a la grada a través de su juego, pero ayer hizo una excepción. "Les pediría ese aliento que van a necesitar los jugadores para que estemos 90 minutos martilleando la portería y ser como un martillo pilón, y no cejar en el empeño hasta que pite el árbitro para que se queden los tres puntos aquí", manifestó.

Además de esa ambición para atacar la portería del Granada, el entrenador deportivista también solicitó inteligencia a sus jugadores. "Es un partido que tenemos que ganar siendo listos. La intensidad es una cosa y saber estar es otra", precisó.

Pepe Mel también se detuvo durante su comparecencia en la situación de Emre Çolak, que hoy se perfila como titular tras tres encuentros consecutivos en el banquillo. El técnico blanquiazul desveló que mantuvo una reunión con él tras el derbi y aseguró que será importante lo que resta de temporada. "Le dije lo que esperaba de él y si lo hace jugará nueve de nueve (partidos)", apuntó Mel acerca de lo que exige al turco para convertirse en un futbolista imprescindible en sus planes.