Riazor respondió una jornada más a pesar del horario en día de jornada laboral, pero una vez más los aficionados blanquiazules recibieron otra decepción en los primeros compases del encuentro debido a la superioridad del Madrid que pudo haber sentenciado claramente antes de los primeros quince minutos. Dos palos y las intervenciones de Lux evitaron que los blancos firmasen una goleada inolvidable. Después, llegó una especie de reacción, el gol de Andone y el casi de Sidnei, en la jugada inmediatamente anterior al tercero de los merengues. La parroquia blanquiazul llegó despierta al descanso. Aunque quizá fuese que estaba viviendo de una ilusión.

Había ambiente, claro que lo había, eso que para algunos ayer no "había ambiente de fútbol en A Coruña", claro que hay que entender que la medida la realizaron desde Madrid, a 600 kilómetros de distancia, que debe ser el único sitio en el que saben. ¿Cuál es la vara de medir? Parece ser que el número de seguidores que fue a recibir al equipo blanco al hotel. Como si la afición del Deportivo, el equipo de la ciudad, no contase. En realidad para algunos solo cuenta uno y el resto son comparsas.

Los madridistas pudieron vivir lo que les esperaba en Riazor, a pesar de su enorme superioridad, camino del estadio, cuando los aficionados con los que se cruzaba el autocar que trasladó a la expedición les hacían señas con el dedo pulgar hacia abajo. El deportivismo acudió a su coliseo pletórico de ilusión. Tanta que el gol de Andone le hizo concebir esperanzas y se lanzó a animar a su equipo y a reprochar al adversario. "Madridista el que no bote es", cantó con el 1-2.

Cánticos suaves, mucho al lado del recibimiento que el estadio coruñés le deparó a Lucas Vázquez, por su comportamiento en el Santiago Bernabéu, en el partido de la primera vuelta. A cada balón, pitidos y? algo más, que se incrementaron cuando cometió un claro penalti a Luisinho, no pitado. No iba a influir en el marcador, porque la diferencia era muy grande, tanto como quiso el Madrid y como lo permitió el Deportivo, que contó, eso si, con el respaldo de 26.788 espectadores.