El Sporting de Gijón puja fuerte por Álex Bergantiños en su afán de regresar a Primera División, categoría que perdió al término del curso pasado. El equipo asturiano ve en el centrocampista coruñés a un líder para el centro del campo en una competición dura y larga que solo premia a tres de los veintidós equipos que la integran. Pero no solo es el cuadro asturiano el que quiere llevarse al futbolista de la Sagrada Familia, también el Tenerife y el Rayo Vallecano están interesados en el capitán blanquiazul para tratar de dar el salto a la elite. El canterano, que se está ejercitando a las órdenes de Pepe Mel desde el pasado miércoles, estudia con calma su posible destino.

Sabe Álex que el Deportivo respetará su decisión, sea cual sea. "Si quiere quedarse, se quedará; si prefiere salir, también lo hará. Nosotros no pondremos ningún problema y aceptaremos su decisión", decía ayer una fuente de la entidad deportivista. Su marcha sería inicialmente en calidad de cedido, que es lo que buscan la mayoría de los equipos interesados, pero como acaba contrato en junio de 2018 en la plaza de Pontevedra tampoco pondrían obstáculos para facilitar su salida. "Será lo que él diga", insiste. Y claro, si decide ir a jugar a otro equipo, la puerta del club blanquiazul la tendrá siempre abierta para regresar al puesto que considere más conveniente.

Sporting, Tenerife y Rayo son los que, al parecer, realizaron las propuestas más atractivas para el futbolista coruñés y los que mejor proyecto quieren presentar para regresar a Primera División; pero no son los únicos equipos que preguntaron por el jugador, que fue tanteado por la inmensa mayoría de los clubes de la división de plata, ya que también el Ferencvaros húngaro le trasladó su interés por incorporarlo. Incluso mantiene las puertas abiertas para desplazarse a Estados Unidos, de donde le llegó una buena posibilidad durante el mercado de invierno. Entonces, y a pesar del ostracismo al que se vio sometido por Gaizka Garitano, decidió permanecer en Riazor.

La llegada de Pepe Mel, tras la goleada en Leganés (4-0) en la 24ª jornada, permitió a Álex regresar a una convocatoria en un partido de Liga. Fue con motivo de la visita del Atlético (1-1), ante el que jugó los últimos 14 minutos. Fue aquel encuentro en el que el de la Sagrada chocó con Fernando Torres, en una acción accidental que acabó con el madrileño en un hospital. Temerosos los futbolistas por el estado del delantero colchonero, el partido dejó de ser tal a falta de tres minutos para el final, más el añadido. Parecía que Álex recuperaba protagonismo, de hecho participó en seis partidos como titular -marcó el gol del triunfo frente al Barcelona en Riazor (2-1)-, pero su presencia en el equipo era intermitente.

La presencia de Guilherme, Celso Borges y Pedro Mosquera le cerraban el paso y estos tres futbolistas seguirán este año, pero además el equipo se reforzó con el uruguayo Fede Valverde, un jugador que es habitual en la medular, pero que también pueden jugar más avanzado como enlace con la delantera. Demasiados rivales para competir y pensar en que podría llegarle la oportunidad. Aunque Álex lo hizo siempre, esperó a pesar de que partía en desventaja y acababa jugando un número importante de partidos y, sobre todo, ayudando a su equipo. Este año las posibilidades parece que serían menores. Por eso, ahora estudia un destino que, incluso, podría estar fuera de España. De todas formas, Sporting de Gijón, Tenerife y Rayo Vallecano anhelan hacerse con sus servicios. En Asturias confían en que la campaña que empieza en agosto la inicie con la camiseta rojiblanca. "Sería un intercambio como hicimos cuando Canella se fue para ahí", comentaban en la ciudad gijonesa.