El mercado de invierno no ofrece excesivas alternativas y mucho menos el escaparate de jugadores en paro, pero el Dépor se aventura de nuevo a una incorporación de este tipo. Tras Jonás, Diakité, Antonio Núñez y Babel, Sulley Muntari y su estado físico aún tienen que convencer a Seedorf y a los responsables blanquiazules y firmar su nuevo contrato ocupando la ficha de Bruno Gama, pero si lo consigue en los próximos entrenamientos, seguirá la estela del holandés. El ex del Liverpool llegó por sorpresa a Riazor el 15 de septiembre de 2016 tras rescindir su vinculación con el Al -Ain y por la lesión de Joselu en el Dépor-Athletic. Existían muchas dudas, a pesar de su gran trayectoria en el fútbol europeo, y le costó ponerse en forma, pero cuando lo hizo fue un jugador diferencial como pocos se han visto en A Coruña en los últimos tiempos. Se convirtió en el gran resurgimiento en el fútbol europeo. Su gol sobre la hora al Sporting y sus prestaciones en el mes de diciembre de 2016 supusieron media permanencia blanquiazul e hicieron crecer a todo aquel que jugaba a su alrededor. El problema para el Dépor es que se negó a firmar un contrato más allá del 31 de diciembre de 2016 y, llegada esa fecha, no lo quiso renovar, ya que contaba con una propuesta del Besiktas que acabó aceptando. Tras su marcha, el Dépor se desencajó y empezó una cuesta abajo que forzó el despedido de Gaizka Garitano y que le hizo pasar apuros en la lucha por la permanencia.