Abogado y delantero, Uxío da Pena (Lugo, 1990) empezó desde abajo en el mundo del fútbol y le llegó esta temporada con 27 años la oportunidad de jugar en el filial de un grande como el Dépor. Lo que para algunos pudiera suponer un paso atrás, para él ha sido una oportunidad, una ventana abierta a un mundo, en el que ha podido disfrutar como "un juvenil" y en el que, desde la humildad, se considera un formador más, un "hermano mayor" de los talentos de Abegondo. Es el contrapunto ante la inexperiencia. El ariete analiza el resurgir del equipo, la fuerza interior que mueve a los jóvenes blanquiazules a luchar por un ascenso a Segunda que se puede ver cercenado por la marcha del primer equipo.

- ¿Era como imaginaba?

-Cuando tuve la suerte de que quisieran contar conmigo, pensé en una temporada muy buena y que vivir la experiencia sería superlativo, pero la realidad lo superó todo con creces. Me ha dado un pequeño nombre que no había conseguido. Mi rol estuvo claro desde el principio. Tengo 27 años y juego en el filial del Dépor y, con tal de que uno de mis compañeros sub 23 pueda debutar con el primer equipo, como ha sido el caso de Pinchi, Edu u One, mi papel ya está casi cumplido. One me defiende en los entrenamientos y es bueno que se mida a jugadores con experiencia y corpulentos como yo. La oportunidad la he cogido como una chaval recién salido de juveniles.

- Le ha tocado asumir el papel de tutor del grupo, ¿no?

-Yo y los tres o cuatro que teníamos que hacer ese papel de hermanos mayores en el vestuario lo hemos hecho, pero coincidir con un grupo de chavales tan buenos, que no generan problemas ni salidas de tono, lo hace todo mucho más fácil.

- ¿Ha recobrado la fuerza el equipo tras las últimas victorias?

-Estamos bien, muy unidos y con ganas de pelear hasta el final.

- ¿Influye en el ánimo la situación del primer equipo?

-Hay que abstraerse de todo eso. Hemos tenido tres entrenadores esta temporada y que un grupo lo supere demuestra que empuja.

- ¿Ya se adaptaron a Munúa?

-No es que nos costase, es que veníamos de una dinámica de siete partidos ganados, y luego Rubén (Coméndez) estuvo dos o tres y tampoco perdimos. Y el primero con el míster nos meten un batacazo en Adarve. En ningún momento dudamos de nuestro entrenador. De hecho, en el primer partido, aún perdiendo, nos animó y tiró de nosotros. A día de hoy es el primero que cree en nosotros. Cuando hace mes y medio estábamos fuera de play off, nos dijo a la cara que seguía confiando y que le haríamos campeón. Hay que darlo todo por él, al igual que por Rubén y Cristóbal.

- ¿Cómo llevan poder jugar la fase sin posibilidad de subir?

-El vestuario está tranquilo. Nuestro futuro también pasa por llegar ahí y lograr el ascenso honorífico. Habría que sacar entonces una lectura muy positiva de que este equipo estaba hecho para subir y que, por circunstancias, no se ha podido. No hay nada negativo.

- En sus redes sociales se lee la etiqueta #fabrilia en sus publicaciones. ¿Cuál es la razón?

-Fue a raíz de un viaje en el que, de repente, nos encontramos todos juntos hablando en el hueco de las escaleras del bus, ahí, de pie, y fue una situación bonita. Nos hicimos la foto haciendo un juego de palabras con la palabra familia.

- ¿Así se sienten?

-Sí, porque, salvo excepciones, somos futbolistas con ganas, que venimos de Tercera y queremos aprovechar la oportunidad.

- ¿Hay materia prima para que lleguen a profesionales?

-Sí. De estar en el Fabril a ser profesional hay un pasito corto, pero hay que valorar que no todo es eso, hay que saberlo llevar y tener la calma suficiente porque todo tiene su momento. Hay que analizar y valorar dónde se está, no llegar más arriba o más abajo.

- ¿Y para el Dépor?

-Claro que hay. Edu ya tuvo ficha en el primer equipo y futbolistas como Pinchi o Caballo han dado este año un pasito para que el club les ponga ojos.

- ¿Puede compatibilizar el fútbol con su labor como abogado?

-Sigo echando una mano en el despacho, pero sin las obligaciones que conlleva ser abogado. Atiendo mis asuntos, pero no puedo ir a los juicios. El año pasado sí que compaginaba totalmente. Desde las ocho de la mañana en el despacho hasta las siete de la tarde que iba a entrenarme a Cerceda.

- Parece que incluso lo recomendaría. ¿Es así?

-Siempre es sano tener la mente alejada del fútbol unas horillas al día. Es bueno no solo trabajar, también hacer otras actividades. Un futbolista con 24 horas y un entrenamiento tiene mucho tiempo libre y debería utilizarlo.

- ¿Qué idea tiene para la próxima temporada?

-La compatibilización del trabajo con el fútbol la tengo muy clara. Ya que he dado el paso, no voy a renunciar ahora. No me preocupa en absoluto lo que va a pasar el año que viene, solo quiero acabar este de la mejor manera posible. Yo, encontrándome bien en el plano físico, y en lo colectivo, lo que quiero es llevarnos la liga, poder ascender y que el primer equipo se salve. Sería perfecto. A partir de ahí, no tendría problema de escuchar cualquier tipo de valoración o propuesta. Todo es cuestión de charlar y al ser abogado no se me da nada mal.