Insistió Seedorf en el rombo de mediocampo con Krohn Dehli por la derecha, Guilherme en el centro y Celso Borges acompañando por la izquierda. Por delante el turco Emre Çolak intentando hacer llegar balones a Lucas Pérez y Borja Valle.

El exceso de relajación del Barcelona, consciente de su clara superioridad, hizo que el Deportivo llegase al área aprovechando los espacios que dejaban los defensas blaugranas. Pero todo era un espejismo.

Cuando el Barcelona apretaba el acelerador de la mano de Messi, se acercaba al área muy fácilmente ante la poca presión de los jugadores deportistas. Cuatro de esos ataques acabaron convertidos en gol con lo que el partido estaba finiquitado.

Este encuentro no puede ocultar lo que realmente ha pasado. Hemos descendido después de 35 partidos. Ni Mel, ni Cristóbal, ni Seedorf fueron capaces de endererzar el rumbo de un equipo que durante semanas nos ha dado malas situaciones y ha ido sumando deméritos, algunos graves como la falta de actitud por parte de varios jugadores en algunas fases de la competición.

No es el momento de buscar culpables, ahora hay que empezar a construir un equipo para volver cuanto antes a Primera División.