Con el estreno del campeonato ya en el horizonte, y a falta de disputar tan solo dos amistosos más ante rivales que se encontrará en la categoría dentro de dos semanas, el Deportivo liquidó apaciblemente su compromiso de ayer ante el Langreo. Apenas inquietó el conjunto asturiano, recién ascendido a Segunda División B, al equipo de Natxo González, algo más afinado dentro del planteamiento que propone su técnico.

Le ayudó la timidez del rival, que durante todo el encuentro apenas contabilizó un par de llegadas a la portería defendida ayer por Ortolá, y la movilidad mostrada por el trío ofensivo deportivista. Entre Cartabia, Borja Valle y Carles Gil marearon a la defensa asturiana desde bien pronto a pesar de que el primer tanto no llegaría hasta los minutos finales de la primera parte. Fue Borja Valle el que terminó rematando a placer un servicio de Krohn-Dehli desde la derecha para trasladar al marcador la superioridad mostrada desde el comienzo por los jugadores blanquiazules.

Los compromisos anteriores habían dejado dudas sobre el funcionamiento del centro del campo con tres jugadores que Natxo González incluye en su propuesta, también sobre el rendimiento defensivo sin la pelota. Ambos quedaron algo matizados en un partido en el que la exigencia fue también menor. El de ayer en Viveiro se convirtió en el amistoso más cómodo de los cinco disputados hasta la fecha (tres victorias y dos empates) a falta de comprobar el desempeño ante Lugo y Oviedo la próxima semana.

Enseguida en la segunda mitad Diego Caballo ampliaría la ventaja de los deportivistas después de una incorporación de Cartabia que dejó el tanto en bandeja al fabrilista tras un requiebro en el área. La tarde para los jugadores reclutados del filial por parte de Natxo González la redondearía Uxío con el tercero tras un remate por debajo de las piernas del portero rival. Para entonces el Langreo ya se había diluido por completo ante un Deportivo que paso a paso se va afinando de cara al campeonato.