Al Deportivo le esperan muchos partidos como el de ayer en Segunda, una categoría tan igualada que a la larga se acaban echando en falta puntos como los que ayer se dejó el equipo coruñés en el Carlos Belmonte. Tenía los tres en el bolsillo y se tuvo que acabar conformando con uno solo. No hizo un partido brillante, ni mucho menos. Más bien plano, con escasos recursos en los últimos metros. Todavía está en construcción y debe crecer mucho, muchísimo. Pero hizo lo justo para ponerse por delante en el marcador, con el gol de Domingos a la salida de una falta. Tenía el partido más o menos controlado, con el Albacete encomendado al fútbol directo, cuando llegó la acción que decidió el desenlace: el regalo en forma de penalti con el que el colegiado Gómez Valentín premió el ímpetu de los manchegos.

La tormenta retrasó el inicio y empezó bastante antes de que el balón comenzara a rodar, con una alineación sin sitio para Ortolá ni Mosquera. Los dos en el banquillo de un Dépor que empezó el encuentro con el mismo propósito que mostró durante toda la pretemporada, el de armar su fútbol desde atrás con mucha paciencia. Tuvo más la pelota que el Albacete en el arranque, con buenas triangulaciones en campo contrario que se fueron diluyendo con el paso de los minutos. De más a menos fue el equipo coruñés en una primera mitad en la que las fuerzas y los méritos se acabaron igualando.

Febas culminó el primer remate a puerta para los manchegos poco antes de que el debutante Caballo se asomara al ataque por primera vez para servir un buen balón a Quique, cuyo cabezazo se fue fuera por poco. El lateral salmantino no solo es profundo y sacrificado. También sabe centrar. Lo demostró varias veces, igual que David Simón desde el perfil derecho. Los dos carrileros tienen mucho protagonismo con el atrevido sistema de Natxo González, que les brinda prácticamente toda la banda para ellos. En ataque lo agradecen, porque encuentran pasillos con facilidad, pero en defensa les obliga a un esfuerzo extra, sobre todo cuando no llegan a tiempo las ayudas de sus compañeros. Lo aprovechó el Albacete para montar varias contras veloces, las más claras culminadas por Febas y Bela. El congoleño estuvo a punto de marcar en el minutos 23, cuando apareció en el segundo palo para rematar fuera un buen servicio de Acuña desde la derecha.

Susto importante para los blanquiazules, que poco a poco fueron perdiendo el control del partido con el paso de los minutos. Siguieron teniendo más el balón, pero cada vez con menos profundidad. Poco apareció Cartabia, aunque de un chispazo suyo nació la ocasión más clara del Dépor en los primeros 45 minutos. De la nada se sacó un gran disparo con rosca. Casi perfecto, porque acabó rebotando en la cruceta. Fue la última llegada clara del Deportivo en una primera parte que finalizó con mucha igualdad, sin un dominador claro, y con el Albacete bastante mejor que en el comienzo del encuentro.

El Dépor trató de encontrar más a Cartabia al inicio del segundo acto. Lo buscó sobre todo Caballo, de nuevo con mucha proyección ofensiva. Fede lideró varios ataques, pero siguió faltando algo más de desequilibrio y último pase para llegar arriba con más claridad. En pleno atasco ofensivo, llegó una de esas acciones a balón parado que suelen decidir gran parte de los partidos en Segunda. Quique cayó a banda para proteger el balón de espaldas y forzó una falta que lanzó Pedro. Pudo marcar Álex de cabeza pero el balón dio en el poste y Domingos aprovechó el rechace para abrir la lata y poner el partido de cara a falta de veinte minutos para el final.

El Deportivo había hecho lo más difícil. Solo le quedaba rematar la faena conteniendo a un Albacete que recurrió al juego directo prácticamente como única vía para tratar de evitar la derrota. El equipo coruñés dio un paso atrás y permitió que su rival colgara balones en busca del empate. La pelota le duraba cada vez menos a los blanquiazules, ya sin Cartabia en el campo. El argentino se marchó con un tobillo tocado. Se lo dobló él solo al hacer un mal apoyo. No fue el único deportivista que salió magullado de un encuentro que se volvió áspero porque Gómez Valentín permitió que el Albacete se empleara con excesiva dureza. Demasiadas faltas bruscas y muy pocas amarillas para los manchegos. Acabaron los once, al contrario que el Dépor. Krohn-Dehli no supo contenerse en sus protestas al penalti señalado a David Simón y vio la roja directa.

Manaj aprovechó el regalo para empatar y, con cinco minutos para el final y un jugador menos, el Deportivo apenas tuvo capacidad para estirarse en busca del gol de la victoria. Apretó el Albacete, que quiso hacer más sangre ante un rival herido por un final tan amargo. El equipo coruñés se marchó del Carlos Belmonte con sabor a derrota, pero con el consuelo de empezar la Liga sumando fuera de casa.