Oltra corriendo por la banda, Riki llorando sobre el césped, los descartados abrazados en el palco, miles de deportivistas gritando un gol como nunca antes en su vida... La historia acabará elevando el gol ante el Huesca en Riazor, pero los que vivieron de cerca el penúltimo ascenso blanquiazul le reservan un lugar preferente en su corazón al triunfo logrado unos días antes frente al Nàstic. El equipo coruñés vuelve este domingo al Nou Estadi, un campo en el que el conjunto coruñés, de manera agónica y catárquica, logró medio regreso a Primera un 23 de mayo de 2012.

"A veces aún veo el vídeo del gol de Tarragona, fue la leche", confiesa desde Pamplona un emocionado y nostálgico Francisco Jiménez Tejada Xisco, el autor de ese tanto en el minuto 94 que dio la victoria, certificó la remontada y desató la pasión deportivista. "Ya voy teniendo una edad y le vas dando más valor a las cosas, a lo que has conseguido. A veces en los ratos libres tiras de hemeroteca o te saltan avisos en redes sociales y lo ves. Me gusta recordar cómo fue la celebración y aquel tanto", admite.

Antes de la eclosión blanquiazul, el Dépor lo había pasado muy mal ese día en Tarragona. Aquel ascenso se había convertido en un maratón al esprint en el que el Celta y el Valladolid no dejaban de subir el ritmo de caza. Quedaban tres jornadas y los vigueses ya habían goleado al Xerez colocándose a solo un punto de los coruñeses. Los pucelanos iban a saltar al césped un día más tarde, pero el encuentro ante el Recre apuntaba a una victoria cómoda. Toda la presión para el Dépor. Y el Nàstic tampoco le ayudó. Ya estaba descendido, no lo parecía. El conjunto catalán salió liberado y motivado. Pronto Xisco Campos hizo el 1-0 con el ex céltico Dani Abalo haciendo diabluras. La afición ya se veía en plena pájara a escasos metros de la cumbre. Bruno Gama logró la igualada a la media hora y el Dépor no se cansó de arriesgar e insistir. No había manera... hasta que la hubo.

"Nos lo jugábamos todo y ese empate no nos permitía depender de nosotros mismos para subir en Riazor. Y llegó ese momento. Fue increíble, estábamos eufóricos", rememora Xisco. Llevaba menos de un cuarto de hora sobre el terreno de juego y él, siempre oportunista, llegó al área pequeña para empujar un centro de Guardado tras una jugada de Manuel Pablo, Bruno Gama y Seoane.

"Fue una semana fantástica", enlaza el delantero, que cuatro días después tenía reservado de manera premeditada el papel de goleador del ascenso. Todo Riazor aspiraba a un ascenso tranquilo en la penúltima jornada, pero si algo se torcía, todos sabían que ahí estaría su ángel de la guarda. Hasta sus compañeros y su entrenador, de nuevo contra las cuerdas, le animaban a asumir ese papel: "Había sido un año duro por las lesiones, fue importantísimo para mí. El día que subimos se adelantó el Huesca y antes de salir a jugar sí que es cierto que Oltra y mis compañeros me decían 'esta es la tuya', estaban seguros de que iba a marcar. Claro, yo era el primero que quería. Y se dio. Impresionante, todo emoción". Ni tres minutos le llevó al mallorquín mandar a la red un buen centro desde la derecha de Bruno Gama. 2-1 y el Dépor estaba en Primera. Han pasado más de seis años, nadie olvida aquellos días en A Coruña.