Un cabezazo de Domingos en la última jugada del partido rescató un empate para el Deportivo en Las Palmas cuando parecía que su intento a la desesperada por igualar el marcador no encontraría el premio que por insistencia merecía. El fútbol, sin embargo, fue justo con los blanquiazules en una noche de claroscuros maquillados por el tanto logrado sobre la bocina por el defensa portugués.

Lo mereció el conjunto deportivista porque insistió con perseverancia para no regresar de vacío de las islas, aunque por momentos lo hiciera sin orden y deslavazado. Lo que sí tuvo fue constancia para terminar empatando un encuentro que se le puso cuesta arriba al comienzo de la segunda mitad después de dominar en la primera.

Apenas alteró Natxo González la alineación que había presentado la semana pasada ante el Reus. En lugar de Caballo entró Saúl y el resto fueron los mismos que se impusieron con solvencia al conjunto catalán, más Pablo Marí. El plan no era muy distinto tampoco porque el Deportivo lo planteó a través del dominio en el centro del campo, pero el desarrollo no fue igual.

Al equipo de Natxo González, de nuevo ayer en la grada para cumplir el segundo partido de castigo que se le impuso tras ser expulsado en Córdoba, le costó enlazar entre los centrocampistas y los jugadores de ataque. Chirrió Álex Bergantiños, muy impreciso con el balón, y también Vicente Gómez, que tras un inicio prometedor comenzó a diluirse. No encontraba carrete el Deportivo con la pelota para conectar con los delanteros, que sin embargo se las ingeniaron para fabricar alguna ocasión.

Pedro Sánchez lo intentó al cuarto de hora con un disparo desde la frontal que Raúl Fernández desvió a córner y cinco minutos después Carlos Fernández tuvo la mejor para los blanquiazules. Una falta lateral al corazón del área permitió al delantero conectar un cabezazo que se marchó al palo. No fue un remate limpio del sevillano, que picó demasiado el balón ante la salida del portero rival.

Se le escapó el gol a Carlos y a partir de entonces comenzó a crecer Las Palmas en el encuentro. Lo hizo con timidez y a base de contragolpes peligrosos cuando empezó a quedar de manifiesto que la apuesta local pasaba por aprovechar alguna de las oportunidades que se le presentaran. No le importaba al conjunto de Jiménez ceder la iniciativa a los deportivistas, a los que se le atragantó ese dominio.

Por el centro no encontraban el camino y las llegadas de Saúl García y David Simón por los costados no tenían la suficiente precisión como para llevar peligro. Tampoco le añadía intención al juego deportivista Quique González, inadvertido en un primer acto en el que a los de Natxo González le faltaron oportunidades para afianzar su propuesta ante Las Palmas.

El equipo canario, sin embargo, encontró lo que buscaba al comienzo de la segunda mitad cuando Ruiz de Galarreta conectó a la red de Dani Giménez un disparo desde la frontal defendido con displicencia por la defensa blanquiazul. No tapó como debería Álex Bergantiños y Vicente Gómez siguió la jugada con la mirada cuando debería estar más cerca del jugador de Las Palmas.

El violento remate dejó grogui por bastantes minutos al Deportivo, que por entonces ya buscaba el empate con Caballo en el lateral izquierdo en lugar de Saúl. Perdió el guion de la pelota el conjunto de Natxo González en esos minutos, que con Christian Santos sobre el césped empezó a insistir en los centros para alcanzar el gol que le permitiese volver a meterse en el partido.

Lo que ocurrió, sin embargo, es que el choque se descontroló y Las Palmas amagó con ampliar la ventaja a través de los contragolpes que se le presentaron. Araujo desaprovechó uno que hubiera convertido en una quimera sumar algún punto para los blanquiazules. Para entonces el Deportivo se entregó a la desesperada a buscar ese empate que le permitiera marcharse del campo de un rival por el ascenso con algo en el bolsillo.

Insistió y encontró un córner con el tiempo prácticamente cumplido. Lo lanzó Carles Gil y lo prolongó Quique González en el primer palo para la llegada de Domingos en el segundo. Fue el premio a la constancia ayer del Deportivo, menos acertado que en otros partidos pero con una actitud tan buena como la que ha mostrado otros días para encaramarse a la zona noble de la clasificación.