El oviedismo se hizo notar en A Coruña a partir del mediodía, aunque sobre todo por la tarde y después del partido. También en Riazor, por supuesto. Sin embargo, la hostelería coruñesa esperaba mucho más, quizás por lo que supuso la visita de los aficionados del Sporting cada vez que el equipo gijonés jugaba contra el Deportivo. "Una cosa es La Mareona y otra La Mareína", decía un asturiano asentado en la ciudad coruñesa y carbayón de corazón.

Las bufandas azulonas lucieron por el centro de la ciudad, pero en la zona de Riazor solo se empezaron a ver cuando estaba próxima la hora del partido. Por el centro de la ciudad había mucho seguidor del Oviedo, pero en pequeños grupos. Algunos que coincidieron en la plaza de María Pita y poco más. Daba la impresión de que cada uno iba a su aire. Esa es la diferencia entre La Mareona y La Mareína. "Ellos nos ganan en ese sentido", decía este oviedista-coruñés.

Camino del estadio, un grupo de jóvenes iba entonando cánticos en recuerdo de los máximos rivales, Celta y Sporting, quizás por aquello de quedar bien con la afición deportivista. Conocida es la rivalidad también entre los blanquiazules y los gijoneses, la misma que mantienen los azulones.

En la plaza de María Pita, centro de concentración de los asturianos, los cánticos eran otros. Estaban dedicados a su equipo y también a su tierra. Un poco más hacia la playa, en la sede de la Peña Faluya se congregaron los integrantes de esta agrupación y los de la Peña Otero de Oviedo se reunieron en una sesión de hermandad que comenzó a mediodía y que culminó con un lacón asado.

Un acto que fue una muestra de lo que sucedió durante el día e incluso ya durante el partido, a lo largo del cual los seguidores de ambos equipos compartieron grada si que se produjese ninguna incidencia. "¡El que pierda paga!".