Cuatro goles en Primera y seis en Segunda llevan el sello de Álex Bergantiños (A Coruña, 1985). Diez en total, ninguno tan especial como el que firmó el pasado domingo frente al Sporting. Por el escenario, El Molinón, donde jugó la pasada campaña; por el momento, para ganar fuera de casa después de cuatro meses; y, sobre todo, porque pudo dedicárselo a su hija Daniela en el día de su quinto cumpleaños.

- ¿Recibió más mensajes que las veces que le marcó al Barça?

-Similar. La gente que te quiere siempre manda mensajes todos los partidos y en este un poco más por lo que significaba al haber gente conocida de Gijón y, además, con la repercusión de meter un gol, que no es algo muy habitual en mí.

- ¿Fue el más especial de todos?

-Sí, porque es el más reciente y, sobre todo, porque la temporada pasada viví un año muy intenso en Gijón. También era un día especial para mi familia por ser el cumpleaños de mi hija, que empezó el colegio en Gijón y también tenía muy buenos recuerdos de todo el año que vivimos allí a nivel familiar. Es un día de los que recordará y el destino quiso que fuera justo en su cumpleaños y en el estadio en el que estuvimos el año pasado.

- ¿Cómo lo vivió su hija?

-Estaba en la grada, con mi mujer y más familia. Ella va al fútbol a la fiesta. Entiende que el año pasado estaba en otro equipo y que este año volvemos a estar en el Dépor. Ella siempre fue a todos los partidos de Riazor desde que nació. Según me comenta mi mujer, al principio del partido estaba recordando el himno del Sporting y las vivencias del año pasado, pero con la bufanda del Dépor y animando a su padre.

- Cuánta falta le hacía al equipo un triunfo así?

-Era muy importante. Pasamos un buen examen el día del Albacete después de una dinámica negativa y nos faltaba vencer fuera. Independientemente de cómo jugaras, había que ganar porque llevábamos tiempo sin hacerlo a domicilio. Se hablaba de que si fuera de casa el equipo no era capaz y ganar en un estadio como ese fue una buena muestra para nosotros de que también podemos competir bien y sacar partidos en campos difíciles.

- ¿Esas dos victorias seguidas le dan al equipo aún más seguridad porque llegan de la mano de un cambio de sistema?

-Lo que más refuerza y hace más solido a un grupo es que los matices y los cambios que hacemos son consensuados y porque creemos realmente en ellos. Nos dimos cuenta de pequeños matices que los rivales nos estaban cogiendo con la formación anterior, con la que hicimos muy buenos partidos, y esto nos refuerza por el hecho de que también podemos hacerlo bien con otras maneras de jugar. Ahora estamos jugando cómodos así, está funcionando y lo lógico es que sigamos creyendo en ello, con los matices que le hemos dado sobre todo a la hora de atacar, y también con la tranquilidad de que podemos volver a lo anterior en cualquier momento y también hacerlo bien.

- ¿Quién dio el primer paso para el cambio de dibujo, el entrenador o los jugadores?

-Estamos a una altura de temporada en la que es una mezcla de las dos cosas. Está claro que el míster tiene una gran parte de responsabilidad, porque desde el principio siempre nos involucró en todas las decisiones, nos hizo creer en todo lo que íbamos haciendo, siempre viendo nuestro punto de vista y nuestras sensaciones en el campo. Ha sido una evolución. La gente lo ve como parte de la dinámica, confía plenamente en expresarse. En todos los análisis que hacemos participa todo el mundo: el que juega, el que está en el banquillo y el que no va convocado. Eso es buenísimo para el grupo y algo complicado de conseguir. Estoy orgulloso del grupo que tenemos.

- ¿Mucha puesta en común?

-Tuvimos charlas de más de una hora varios días consecutivos antes de salir a entrenar, y eso es porque la gente está involucrada, porque cree, porque le gusta. Todos los compañeros son apasionados del fútbol y estamos todo el rato viendo matices, acciones o problemas cuando no salen bien las cosas. Cuando ves que dan sus frutos los cambios que se han ocurrido en común, y que lógicamente el míster matiza y concreta más, eso refuerza al grupo y hace que todo el mundo esté involucrado. Entra gente que no estaba participando, como Christian o Didi [Moreno] el otro día, y no se nota. Eso es el gran secreto de este año, que desde el principio hemos creído en el trabajo de la semana. Es el gran secreto para intentar conseguir el objetivo final.

- El Tenerife aún no ganó fuera pero se ha reforzado bastante, ¿qué partido espera el sábado?

-Es un equipo en línea ascendente, se ha reforzado con varios jugadores y eso siempre reactiva un equipo. En Segunda el mercado de invierno quizá es más importante que en Primera porque puede dar un punto de calidad o reforzar algunas plantillas y el Tenerife es un ejemplo de eso. Es un rival difícil. Tenemos que luchar un poco contra el hecho de haber ganado fuera, y que ahora no nos pase al revés y bajemos un punto la activación. Ya lo hemos comentado durante toda la semana, que tenemos que salir al 100% para afrontar el partido porque no va a ser fácil.

- Está a tiro el tercer triunfo seguido, algo que el Dépor no logra desde 2014, también en Segunda.

-En Primera es más difícil y, lógicamente, en Segunda tenemos más potencial. Por desgracia este año no hemos podido hacerlo todavía. Enlazar victorias es lo que te da un salto en la clasificación. Es el objetivo que tenemos pero sabemos de la igualdad de la competición, que lo hace muy difícil. Buscamos enlazar victorias consecutivas, pero lo que más confianza me transmite es que somos un equipo fiable, que pierde poco y eso nos va a hacer estar en la pelea hasta el final.

- ¿Febrero es el mes clave por jugar contra rivales directos?

-Es importante salir vivos de este mes porque tenemos enfrentamientos directos, aunque ningún equipo se va a descolgar. Luego tenemos marzo, con muchos partidos en casa, y puede ser importante. Hasta el final esta categoría es una carrera de fondo y muy exigente mentalmente para mantener esa activación y esa capacidad de ser el mismo en los buenos y en los malos momentos. Es lo que intentamos mantener aquí, sabiendo que se va a decidir por pocos puntos y al final.

- ¿Contar con una plantilla larga y equilibrada puede acabar marcando diferencias a la larga?

-Sí. Hay equipos como el Huesca el año pasado que con doce o catorce jugadores son capaces de aguantar todo el año, pero lo lógico es que en esta competición marque un poco de diferencia la plantilla, y por suerte nosotros ahí es donde tenemos un puntito más con respecto a otros rivales. En todas las posiciones tenemos muchas alternativas y el equipo ha respondido siempre con piezas diferentes. En eso tenemos una pequeña ventaja, pero los rivales que están con nosotros también son buenas plantillas y va a ser una lucha muy apretada.

- ¿Tienen ganas de que se cierre el mercado para saber definitivamente los que son y están?

-Sí, por supuesto. Son momentos en los que puede haber un poco más de incertidumbre, pero hay un grupo muy sano. Los que vengan van a encajar bien porque en ese aspecto Carmelo [del Pozo] y el club han generado un ecosistema en el que creo que va a ser más fácil entrar. Ese es el objetivo que buscamos desde la pretemporada, que se cambiara un poco el ambiente de trabajo que había aquí, y si se consigue mantener en el futuro va a dar mucho beneficio para que todos los que lleguen se integren rápido y den su nivel lo antes posible.

- ¿Y usted, está al nivel más alto, en su mejor momento?

-Es el mejor porque es el presente y lo disfrutas más. He vivido momentos también muy buenos de continuidad en Primera, y también en Segunda. Cada momento es diferente. Ahora tengo más recursos por la experiencia, por los entrenadores y por lo que he aprendido en mi carrera. Me siento cómodo también porque creo firmemente en lo que estamos haciendo este año. Eso te da más tranquilidad, más confianza en el campo, y te hace sentir más a gusto con tu trabajo diario.

- ¿Pero nota que es su mejor momento de rendimiento?

-Sí, porque manejo más registros y más facetas. A lo largo de la vida y de la carrera vas evolucionando. Si ahora veo un vídeo de mi debut con el Dépor, con 26 años, era muchísimo más alocado, decidía mucho peor. Ahora tengo más capacidad de decidir bien, incluso intento tener más recursos en el juego, siempre intentando adaptarme a lo que me pide cada entrenador.