Manuel Mosquera Bastida (A Coruña, 1968) regresa a su casa deportiva, el Extremadura, esta vez para hacerse cargo del equipo como máximo responsable técnico del club de Almendralejo. En esta ciudad extremeña aterrizó en el verano de 1991 procedente de un Deportivo en el que apenas había tenido oportunidades y de la mano del equipo azulgrana alcanzó la elite, Primera División, tras una primera etapa de cinco años. "Llegué a ser futbolista de Primera División gracias al Extremadura", aseguró ayer en el acto de presentación.

Forjado en el Orillamar, Manuel pasó por todas las categorías inferiores del Deportivo hasta que en la campaña 1989-90 dio el salto al primer equipo. Tuvo sus oportunidades en este primer curso; en el segundo apenas dispuso de minutos y fue cuando decidió irse a Segunda División B.

Su buen hacer en el equipo extremeño, ascendió a Segunda, le llevó a recalar en el Compostela dirigido por Fernando Vázquez y que había logrado meter la cabeza en Primera División. Dos años estuvo en conjunto santiagués, pero tras el descenso a la categoría de plata regresó al Extremadura, con el que logró un nuevo ascenso a la máxima competición en la campaña 1997-98. Solo un año entre los grandes y regreso a Segunda y también a Segunda B, categoría a la que llegó Manuel y en la que se despidió como futbolista en activo.

Después llegó su formación como entrenador y su vuelta a su ciudad natal para entrar pronto en el organigrama del Deportivo. Dirigió al Fabril y decidió dejar su sitio en el banquillo -fue cuando llegó Cristóbal Parralo- para atender otras funciones dentro del equipo de técnicos del cuadro coruñés. Una llamada a de los dirigentes del club de Almendralejo a Carmelo del Pozo, tras haber contactado previamente con el propio Manuel, facilitó la marcha del exdelantero coruñés de vuelta a la ciudad extremeña. Ayer recibió la camiseta con el número 7, el que lucía en su época de futbolista. "Mi época aquí es como la de un equipo que hubiese ganado títulos. Fue una época en la que me involucré por eso doy las gracias". El objetivo no es fácil, la permanencia en Segunda. Pero con fían en o galego.