"Pablo está bien". Lo anunció José Luis Martí tras la victoria ante el Mallorca y ayer lo comprobó en Abegondo, donde Pablo Marí realizó con normalidad casi todas las tareas junto a los demás futbolistas que no fueron titulares en la ida de la final por el ascenso. Abandonó el césped en el último tramo del entrenamiento, según lo acordado con los servicios médicos y el cuerpo técnico. El valenciano ha superado las molestias musculares por las que se perdió los últimos partidos y, por lo tanto, está apto para reaparecer. Un alivio para el preparador balear, que tiene suspendido a Íñigo López y, salvo recuperación milagrosa, tampoco podrá contar con Michele Somma para la batalla final de Son Moix.

El jueves el italiano tuvo que pedir el cambio antes del descanso por problemas en los isquiotibiales y Eneko Bóveda mudó de posición para recomponer el eje de la zaga fomando pareja de centrales con Domingos Duarte. Mañana, en Palma, todo apunta a que Marí será el acompañante del portugués. Juntos jugaron casi todos los encuentros ligueros, por lo que reeditarán una sociedad defensiva que ha sido muy fiable en la mayoría de los partidos.

Dos cambios obligados

Martí tendrá que hacer otro cambio obligado en el once al no poder contar con Álex Bergantiños, que viajará con sus compañeros a Palma pese a no poder competir después de pasar por el quirófano para la reconstrucción de su labio inferior, destrozado tras su brutal choque con el mallorquinista Marc Pedraza. Sin el capitán para el duelo de Son Moix, el técnico dispone de tres posibles candidatos para recomponer el centro del campo: Pedro Mosquera, Didier Moreno y Vicente Gómez. Uno de ellos escoltará a Edu Expósito en el doble pivote, siempre y cuando Martí no opte por retocar el sistema para alinear a la vez a tres mediocentros como ya hiciera en La Rosaleda, en la vuelta de la eliminatoria frente al Málaga. Fede Cartabia acumula mucha fatiga muscular y fue sustituido en la recta final de la ida contra el Mallorca. En principio, está en condiciones de jugar mañana, aunque Martí podría reservarlo desde el inicio y dejarlo en el banquillo de cara a la segunda parte.