El Deportivo parte de cero en un verano de muchos cambios a todos los niveles, empezando por el banquillo. El nuevo técnico, Juan Antonio Anquela, maneja a día de hoy una plantilla muy diferente a la que tendrá a sus órdenes el 18 de agosto para la jornada inaugural contra el Oviedo. Habrá muchas más entradas y salidas pero el entrenador quiere moldear su equipo desde el primer momento y ya empieza a trabajar aspectos tácticos. La parte física cobra una especial importancia en esta fase inicial del trabajo veraniego, aunque también hay tiempo para comenzar a sentar las bases de cómo quiere Anquela que sea el Dépor: intenso, agresivo, competitivo, con personalidad y, al mismo tiempo, protagonista con el balón en la fase ofensiva.

Son sus señas de identidad y ya se las ha ido trasladando a sus jugadores, según explicó ayer el retornado Borja Galán. "Ya nos ha transmitido lo que va a pedir de nosotros, lo que va a necesitar de nosotros, y estamos con ganas de dárselo", señaló el exfabrilista, que precisó algunos detalles de ese nuevo libreto recién abierto por Anquela desde esta primera semana de entrenamientos. "Va a querer un equipo con intensidad y con identidad. Sabemos que a él le gustan los equipos con intensidad, equipos que metan la pierna y, por supuesto, jugar al fútbol -argumentó Galán- porque cuando se habla de tener personalidad y carácter no es solo sin balón, no es solo apretar, sino también con la pelota".

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Anquela abre su libreto en Abegondo

El cuerpo técnico encabezado por Anquela tiene programados diez entrenamientos para esta primera semana de trabajo en Abegondo. Hasta el viernes habrá doble sesión diaria y el sábado un último ensayo por la mañana antes del domingo libre.

ROLAN, REZAGADO

La mayor carga física se concentra en la primera de las dos sesiones diarias. La matinal de ayer fue muy exigente e incluyó un circuito de fuerza con cuatro estaciones, una en cada córner, que los jugadores fueron completando sucesivamente divididos en grupos. Tras cada estación todos debían correr hacia el centro del campo, girar y proseguir en carrera diagonal hasta la siguiente. Diego Rolán fue uno de los más fatigados, llegando casi siempre el último de su grupo a cada una de las cuatro zonas de trabajo.