Francisco Javier Montero (Sevilla, 1999) aterrizó a última hora en el Deportivo y en apenas unos días se hizo con un hueco en el once. Afianzado como titular, espera crecer de la mano del equipo en las próximas jornadas al mismo tiempo que se declara encantado en una ciudad que no conocía y a la que se ha adaptado con rapidez.

Fue llegar y a jugar...

Desde el primer momento el míster confió mucho en mí. Que llegues, te reciban de esta manera los compañeros y el cuerpo técnico tenga la confianza en ti es un plus para cualquiera.

Sin embargo el equipo ha estado lejos de convencer...

Es normal. Este es un club grande, con una afición grande también y lo que quiere es que salgan las cosas. En estas primeras jornadas no están saliendo, pero veo al equipo muy bien. Yo creo que cada equipo tiene sus malas rachas y nosotros la estamos teniendo ahora. Prefiero que nos pase ahora que más tarde, cuando no puedes solucionarlo. Ahora tenemos tiempo.

¿Afecta la presión de hacerlo bien desde el principio?

Hay que tener un poco de paciencia. Es normal que la gente, después de las siete jornadas que llevamos, se ponga nerviosa si nos ve cerca de la zona de descenso, pero hay que estar tranquilos porque somos un grupo nuevo y con un entrenador nuevo también. Ya nos conocemos más y poco a poco vamos cogiendo mejores sensaciones.

¿Cuánta importancia tuvo en Cádiz dejar la portería a cero por primera vez esta temporada?

Mucha. No nos coordinábamos bien entre todas las líneas y al final eso te produce muchos espacios entre líneas y también atrás. Los que más lo sufrimos somos los defensas y a veces no es culpa de los defensas. Defender empieza por los de delante también. Es normal que la gente eche la culpa a los defensas, porque también tenemos nuestra culpa obviamente, pero es culpa de todo el equipo.

¿Se sintieron de algún modo señalados los defensas?

Es normal, porque la gente ve que encajamos muchos goles, pero hay que mirar qué es lo que hace mal el grupo. El otro día en Cádiz eso fue a mejor. Las líneas estuvieron más juntas, había menos espacios y nos comunicamos más. Todo eso te da mucha seguridad en el equipo y contra el Cádiz el partido pasado ya se vio.

¿Les perjudicaba la presión adelantada?

Por eso digo lo de que no nos comunicábamos y que se mira solo a la defensa. Los delanteros van, los medios no tiran, te superan en esa línea y se forma el espacio. Los defensas dudamos si salir o no porque, si te cogen delante, te meten el balón a la espalda y si te pillan atrás te atacan en ventaja. Esa era la duda que teníamos todos.

¿Qué Deportivo se podrá ver a partir de ahora?

Creo que la solución es juntar líneas para defender y hacernos grandes cuando tengamos el balón, porque al fin y al cabo tenemos muy buenos jugadores entre líneas.

Anquela menciona mucho la intensidad, ¿qué les pide en ese sentido?

Intensidad en los duelos, en el uno para uno, que el lateral no saque centros, que los centrales estemos intensos en las marcas en el área. Por ejemplo, en el partido contra el Numancia, el 3-2 es culpa mía. No estoy pegado, estoy como saliendo y me tenía que haber quedado. Fue culpa mía y ya está.

¿Han pesado más los errores individuales o los colectivos en este arranque irregular de temporada?

Si el colectivo esta bien al final te ayuda, pero si el colectivo está mal y encima individualmente tú no estás acertado, pueden pasar estas cosas.

¿Por qué eligió al Dépor?

El verano para mí fue un poco desesperante, la verdad. Tenía cosas fuera y el Atleti al principio no me quería dejar salir. Al final se me presentó la oferta del Deportivo y yo quise venir. Este es un club grande y con una afición impresionante.

En los partidos en Riazor

A mí me gusta mucho que la afición te apriete, te pida y te exija. Eso me encanta. Yo vengo de Sevilla, soy bético de nacimiento y la afición la he mamado desde pequeño. La afición te tiene que ayudar, animar y gritar. A mí me sale natural, lo vivo por dentro. Lo saco porque lo llevo dentro y es una parte también de lo que te mete estar en el Atletico. El campo te exige y al rival le incomoda muchísimo eso.

¿No teme que una parte de la afición pueda considerar sobreactuada esa implicación en un recién llegado, que le acusen de tribunero

Yo siento los colores como el que lleva aquí más años. He venido al Dépor para ascender y soy un deportivista más.

¿Tiene que seguir llevando las gafas (sufrió un desprendimiento de retina en 2017) o ya hay algo de superstición?

Las tengo que llevar. Es por protección. Si me dan un mal golpe en el ojo me puedo quedar ciego. Muchas veces me las quito porque hay mucha humedad, sobre todo en las segundas partes, y se me mete mucho el sudor. Prefiero arriesgar un poco a no ver.