"Celtista a muerte" y a la vez del Dépor Abanca. "No del Deportivo. Solo del femenino", matiza María González Otero, una de las seguidoras más fervientes y ruidosas del actual colíder de la Primera Iberdrola. Cada dos semanas se desplaza a Abegondo desde Redondela, donde nació hace 30 años, para dejarse la garganta alentando a las jugadoras de Manu Sánchez. 140 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, y siempre con su improvisado bombo para aporrearlo desde la grada.

Le encanta el fútbol e incluso lo practicó en las filas del Victoria durante los diez años que vivió en A Coruña, entre 2007 y 2017, en los que estudió INEF y Educación Social. El Celta no tiene equipo femenino, así que apoya resignada al Deportivo Abanca. "No es que sea del Dépor, pero es el equipo al que puedo animar en una competición decente. Es un sentimiento de amor-odio al Celta por haber tenido varias oportunidades de crear el equipo femenino y no haberlo hecho. Y bueno, pues mira, si tengo que ser del Dépor femenino, soy del Dépor femenino, y no pasa nada", explica con naturalidad, aunque también confiesa que le "gustaría más estar en Vigo cantando y animando al Celta, que tener que estar alentando, entre comillas, al eterno rival".

El pasado domingo volvió a Abegondo y se situó justo tras el banquillo blanquiazul para animar a tope y disfrutar con el 3-1 al Tacón, la cuarta victoria consecutiva del equipo revelación de la máxima categoría nacional: "Lo que está haciendo es impresionante. Nadie se lo esperaba y gusta ver que se están haciendo las cosas bien". Durante el partido lució una bufanda del Dépor "prestada" de una amiga coruñesa. Incluso llegó a enfundarse una camiseta blanquiazul en el anterior encuentro en Abegondo, frente al Rayo Vallecano (3-0). Según relata, lo hizo porque se lo pidieron los niños con los que trabaja como educadora social en un centro de menores de Santiago, a los que llevó al fútbol: "Me sentí super rara. Normalmente no me pongo la camiseta, pero el otro día sí porque a algunos de mis niños les daba reparo y, si no me la ponía yo, ellos tampoco". Por Miriam Ríos siente un "cariño especial" y Tere Abelleira es otra de sus favoritas, aunque en realidad "todas están haciendo un trabajo increíble".

Disfruta animando al equipo femenino blanquiazul, pero tiene claro que jamás cambiará de club. "Esas cosas no pasan. Yo soy del Celta a muerte, celtista desde que nací", insiste. "Tengo hasta las bragas del Celta. Si las tienes, eso es que eres muy celtista", recalca sonriente María González, Puchi para sus familiares y amigos. Durante los años que vivió en A Coruña asistió a algunos partidos en Riazor, pero solo como espectadora, sin implicarse: "Ante todo me gusta el fútbol y si venía algún equipo que me interesaba, como el Athletic, iba a verlo. Incluso cuando el Dépor estuvo anteriormente en Segunda fui a algunos partidos, porque yo jugaba en el Victoria y teníamos algunos carnés. Iba a verlo, pero no lo animaba, evidentemente".

En su etapa en A Coruña sus amigos la "picaban mucho" con el tema de la rivalidad gallega, igual que desde siempre hizo su hermano mayor Alberto, de Redondela como ella pero "del Dépor a muerte de toda la vida". "En casa había batallas campales, pero respetándonos „recuerda Puchi„. Nos picábamos mucho, él a mí más porque el Dépor ganó la Liga. Ahora vive en Barcelona y es miembro de la peña deportivista Miau Miau". Mientras, ella sigue residiendo en Redondela, trabaja en Santiago y cada quince días peregrina a Abegondo.