La sangría de goles que lleva el Deportivo en contra no es solo una responsabilidad de la defensa y del portero, en un equipo todos son responsables de lo que sucede arriba y abajo, pero hay una parcela muy especial, que es la que forman los futbolistas en el centro del campo, que suele ser considerada la sala de máquinas que controla todo lo que sucede en el terreno de juego, abajo y arriba. Y es esta zona en la que el conjunto coruñés echa de menos la presencia de una figura que tome el mando, sobre todo con el balón, y para eso el conjunto blanquiazul fichó a Gaku Shibasaki. El japonés, fijo en su selección, tiene que ser el eje sobre el que gire todo el fútbol de creación del cuadro coruñés, el que se muestre y ofrezca salida a sus compañeros; sin embargo, sigue sin aparecer, como aparece cuando juega con su selección.

La causa se puede encontrar en la inseguridad de cada uno de los futbolistas blanquiazules, que están superados por las circunstancias „resultados adversos„; aunque no sea Gaku el principal responsable, ni el único, porque su rol también estaría asignado a Vicente, uno de los futbolistas más dotados de Segunda, pero cuya presencia en el campo se nota en escasos partidos. Son los dos llamados a dar la cara con el balón, a pedirlo, a mostrarse en cada acción y a distribuirlo. Pero ninguno lo hace. Esa inseguridad lleva a que el balón les queme en los pies, a pesar de sus condiciones técnicas. No es poder, es algo cerebral. Vicente lo demostró ante el Alcorcón. Quiso y lo hizo.

Gaku podría acompañar al canario y a Peru en el partido de mañana en Lugo, lo que significa que volvería a la alineación inicial después de cinco jornadas en las que su presencia fue nula „cierto es que en las dos últimas jornadas causó baja por su presencia con la selección de su país„. Regresaría al once, en el que estuvo en nueve partidos, pero solo en uno desde la llegada de Luis César al banquillo blanquiazul. El arousano solo contó con el japonés en el choque de Riazor contra el Málaga (0-2), y lo utilizó 70 minutos. También Anquela acostumbraba a sustituirlo, de hecho de los ocho encuentros que disputó a las órdenes del entrenador jienense, solo completó tres.

A Gaku le falta aislarse del entorno de los resultados y de la dinámica del equipo, y convertirse en el futbolista líder que es en su selección, sobre todo con el balón, para dar soluciones a sus compañeros, a los de atrás cuando buscan sacar la pelota jugada, y a los de adelante con servicios que les permitan estar en situación de marcar. Y si en ese aspecto, el equipo cuenta con el Vicente del pasado partido contra el Alcorcón, el equipo saldrá ganando.