El Deportivo ha logrado en sus últimos dos partidos corregir los agujeros defensivos que caracterizaron los primeros compromisos con Luis César Sampedro al mando. A la mejoría en su propia área se agarra buena parte de un vestuario necesitado de encontrar razones para el optimismo en medio de la difícil situación que atraviesa el equipo. Por el momento no se ha conseguido rentabilizar la seguridad y solidez mostradas ante Alcorcón y Lugo porque el conjunto blanquiazul continúa peleado con el gol. Tres tantos contabiliza desde el aterrizaje de Luis César hace ya ocho jornadas. Dos de ellos sirvieron para rescatar unos empates en Santander y Fuenlabrada, mientras que el tercero maquilló la derrota frente al Elche en Riazor (1-3).

La falta de puntería en el área contraria volvió a quedar de manifiesto la semana pasada en Lugo, donde Mollejo dispuso de hasta tres oportunidades claras para firmar una victoria que al Deportivo se le resiste desde hace ya 17 jornadas. Lo mismo le sucedió al equipo ante el Alcorcón después de controlar un partido en el que no le brindó ni una sola oportunidad a los madrileños. El bagaje ofensivo, sin embargo, está lejos de permitirle interrumpir una racha que, de no frenar mañana frente al Zaragoza en Riazor, se convertirá en la peor de la historia del club.

El promedio de goles desde la llegada de Luis César (tres en ocho partidos) se queda en 0,37, mientras que durante la etapa de Juan Antonio Anquela al frente del conjunto blanquiazul alcanzó el 1,1 (once en diez encuentros). La gran losa a la que se han enfrentado los dos técnicos, sin embargo, ha sido la debilidad defensiva de un equipo que no fue capaz de blindar su portería.

Con Anquela el equipo encajó 17 tantos en diez jornadas (casi dos por partido) y la tendencia, a pesar de la mejoría en los dos últimos encuentros, es parecida con Luis César. En ocho partidos con el arousano en el banquillo, el Deportivo ha recibido un total de 12 goles. La sangría se ha frenado a partir de un cambio de sistema que permite al equipo sentirse más seguro y dejar menos espacios a los rivales. Lo que le falta ahora es lograr el equilibrio con el ataque.

Luis César, en ese sentido, ha probado diferentes variantes para corregir la falta de gol que padece su equipo. La última fue colocar la semana pasada en el Anxo Carro a Aketxe en un papel mezcla de mediapunta y segundo delantero que sin embargo no terminó de funcionar del todo.