Algo ha cambiado con Fernando Vázquez. Más bien, todo. Por muchos motivos. Por ejemplo, porque el Dépor logró ayer en Soria lo que no había conseguido antes en toda la temporada, ganar fuera de casa. El primer triunfo a domicilio llegó, además, de la mano de un exitoso cambio de sistema. Para su reestreno en el banquillo blanquiazul el técnico de Castrofeito optó por jugar con tres centrales, un esquema por el que nunca apostaron anteriormente ni Juan Antonio Anquela, primero, ni Luis César Sampedro, después. El novedoso 5-4-1 que plantó Vázquez en Los Pajaritos hizo del Dépor un equipo, sobre todo, mucho más sólido. Dani Giménez no encajó y, además, el Numancia apenas logró generar peligro en jugada, solo en estrategia con balones colgados al área.

Fin de semana redondo para el Deportivo, cuyas opciones de permanencia se han multiplicado con la llegada de Fernando Vázquez. Hace dos jornadas el equipo coruñés perdía en Ponferrada (2-0), donde prácticamente ni compareció, y se quedaba a nueve puntos de la salvación, que entonces marcaba el Lugo con 21. Después llegó la apurada victoria ante el Tenerife (2-1), con el tanto in extremis de Peru Nolaskoain en el último encuentro dirigido por Luis César, una victoria con la que el Dépor cerraba la primera vuelta a siete puntos del objetivo. Tras ganar ayer a Soria, el conjunto coruñés se queda a cuatro puntos de salir de la zona de condena, algo que parecía impensable hace un par de semanas.

La flecha, que apuntó siempre hacia abajo durante toda la temporada, invierte ahora su dirección para mirar hacia arriba. Con Vázquez el equipo y la afición recuperan la esperanza. Al Dépor le queda aún por delante un larguísimo camino hacia la permanencia, con muchas piedras y dificultades, pero a día 6 de enero está vivo. Creer ya no es solo un acto de fe. Hay motivos.