Ganar todavía es algo raro para el Deportivo, acostumbrado esta temporada a perder por norma general. Diecinueve jornadas seguidas, que se dice pronto, se pasó sin vencer hasta despedir el año con una alegría frente al Tenerife (2-1), la primera en cuatro meses. La penitencia fue larga, larguísima, hasta que la victoria en Soria (0-1), la primera de la temporada a domicilio en el reestreno de Fernando Vázquez, confirmó que el Dépor no está muerto. Aún respira. El próximo jueves, contra el Racing, se juega la vida en Riazor. Ganar ese partido es lo único que preocupa a Vázquez y sus jugadores, lo verdaderamente importante, pero antes el Dépor deberá afrontar el inevitable paréntesis de la Copa en Salamanca. Seguir ganando, independientemente de que el rival, Unionistas, sea de inferior categoría, es el objetivo del equipo coruñés, que pretende ser competitivo pese a que Vázquez echará mano de muchos secundarios en busca de la cuarta victoria consecutiva, contando la anterior de Copa en Illueca más las dos del campeonato regular.

No será un trámite el duelo frente al modesto Unionistas, antepenúltimo en el grupo 2 de Segunda B. El Dépor deberá adaptarse a las duras condiciones del terreno de juego y también igualar, como mínimo, el altísimo nivel de intensidad con el que competirán los futbolistas salmantinos. Para la mayoría será el partido de sus vidas. También la Copa servirá de escaparate para muchos jugadores blanquiazules. Por ejemplo, para el fabrilista Kanouté, que debutará con el primer equipo formando parte del once inicial. Gaku Shibasaki, que sale de una lesión, tendrá minutos para ir cogiendo formaKanoutéGaku Shibasaki. Koke Vegas, Luis Ruiz, Galán, Jovanovic o Longo son algunos de los secundarios que hoy serán protagonistas. El que no estará es Çolak, aún pendiente de recibir el tránsfer para poder reestrenarse con el Dépor. El dibujo táctico, parecido al de Soria, de nuevo con cinco atrás.