El Deportivo, colista de Segunda con 18 puntos, expone su futuro en el terreno de juego. Lo que resuelva el balón en los veinte partidos de la segunda vuelta que faltan tendrá importantísimas repercusiones sociales y económicas para la entidad. En este escenario abierto e incierto desembarca el nuevo presidente, el empresario naval Fernando Vidal, elegido este martes con más del 99% del apoyo de los accionistas presentes y representados en la asamblea, que suponían el 28% del capital social del club. Su agenda y la del club tienen citas clave cada fin de semana en los campos; en los despachos para reforzar una plantilla que hasta ahora no ha dado la talla que le presuponía; en el ámbito social para consolidar una ansiada paz sin fisuras en torno al Deportivo; y en el frente económico, donde el nuevo acuerdo con Abanca para rescatar a la endeudada entidad debería asegurar su viabilidad en cualquiera que sea la categoría en la que milite la próxima temporada.

La competición. El presente más inmediato del Deportivo está en el césped, el de Riazor, feudo de los partidos trascendentales de hoy y el domingo. La importancia de ambas citas va más allá del tópico de "nos jugamos más que tres puntos". Dos victorias, seis puntos, permitirían al equipo abandonar el puesto de colista, probablemente „si ayudan otros resultados„ salir de la zona de descenso y, lo más relevante, adquirir un impulso moral muy beneficioso para una plantilla que hasta hace menos de un mes estaba anímicamente derrumbada. Porque el pleno de puntos de esta semana se sumaría al pleno de victorias de las dos jornadas anteriores (frente a Tenerife y Numancia) y los 12 puntos en total antes de volver a jugar a domicilio colocarían al equipo con aire en la clasificación, en absoluto salvado pero sin la amenaza asfixiante de la caída a Segunda B.

Racing y Cádiz pondrán a prueba ese reto del nuevo Dépor. Los cántabros con la misma urgencia que los coruñeses, solo un punto por encima en la tabla, 19, y con una victoria menos en todo el campeonato. Los andaluces, más duros de batir, al frente de la clasificación con 45 puntos, un líder que sin embargo ha perdido cuatro partidos y ante el que los blanquiazules empataron sin goles en la primera vuelta. Ayer empataron con el Mirándés (3-3).

La plantilla. La fórmula para mantener la buena dinámica reciente del equipo y comenzar a escalar en la tabla pasa por reforzar el plantel. Al segundo cambio de entrenador en la temporada, con el que se empezó la segunda vuelta, le acompañarán fichajes, como anunció Vidal nada más presentar su proyecto para presidir el club; de seis a nueve, prevé el presidente. El mediapunta Emre Çolak ha sido el primero en llegar en el mercado de invierno; el turco, que fichó por el Dépor en 2016 y viene ahora del Al Wehda de Arabia Saudí, aún no ha debutado y ha sido convocado por Fernando Vázquez para hoy. Sabin Merino, también citado contra el Racing, es el segundo, un extremo izquierdo formado en la cantera del Athletic procedente del Leganés. El tercero es el mediocentro nigeriano Uche Agbo, cedido del Standard de Lieja tras un paso por el Sporting Braga. Y el último hasta ahora es el delantero francés Claudio Beauveu, que deja el Celta tras apenas oportunidades y un periodo de lesiones.

Otros dos exdeportivistas. Celso Borges y Pablo Insua están en el foco del club, que negocia por recuperarlos con el Goztepe turco y el Huesca respectivamente. A estos, podrían sucederle otros refuerzos, que ocuparían el sitio libre que dejasen jugadores con la etiqueta de prescindibles como Longo, Beto da Silva y Santos, con la puerta de salida abierta en el mercado invernal.

La unión social. Las primeras palabras de Vidal como presidente están cargadas del deseo de armonía en el deportivismo: club, equipo y afición deben ser todos uno. Llamadas a la conciliación, a la participación y a un futuro que mira adelante sin volver la vista atrás son muestra de esa paz que anhela el club para progresar sin tropiezos ni conflictos ni en el ámbito deportivo ni en el capítulo económico ni en la esfera social. "No podemos permitir que esto se hunda", dijo el nuevo mandatario, erigido en capitán y gestor de un proyecto que en la noche del martes, en una asamblea tranquila y sin apenas reproches, recibió un respaldo rotundo de los accionistas presentes y representados.

Frente al 53% de los votos favorables que obtuvo Francisco Zas en las elecciones a la presidencia de mayo pasado, Vidal rozó el 100% de respaldo (46.962 apoyos, 13.000 más que los que recibió su candidatura de hace ocho meses) en una asamblea en la que estuvo representado el 28% del total del capital social del club. Que solo mereciera 122 votos en contra y 57 abstenciones refleja en el arranque de esta nueva etapa en el club que el deportivismo está dispuesto a permanecer unido por la salvación del equipo y de la entidad.

Abanca, el factor económico. "Aquí hace falta dinero porque esto se nos va abajo". Lo dijo Vidal la semana pasada al anunciar el único plan de rescate al que se agarra el nuevo Deportivo para salvarse de la quiebra: la inyección de cinco millones de euros con un crédito participativo concedido por Abanca, a la que debe 58 de los 83 millones de deuda, según recordó el presidente de la entidad financiera, Juan Carlos Escotet. Las consecuencias inmediatas de esta vía, que convertirá a Abanca en el principal accionista del club, se traducen en 2,1 millones de euros con los que se podrán realizar fichajes. Este crédito debe capitalizarse porque así lo requiere LaLiga para aumentar el tope salarial y, de manera paralela, se afrontará una ampliación de capital de otros diez millones. Ambas operaciones, la capitalización de la deuda de Abanca y el aumento de capital, deberán ser aprobadas en una próxima junta de accionistas, prevista para finales de febrero, para lo que necesitará el voto afirmativo de dos tercios del capital representado, que debe ser mayor del 25%.

El presidente ha insistido a los aficionados más recelosos para que tengan confianza en el acuerdo con Abanca. Con el préstamo de cinco millones y las posteriores capitalizaciones de una parte de su crédito, el club quedaría protegido de hipotéticos inversores externos, asegura. Los actuales accionistas podrán mantener su cuota de inversión, aunque su peso quedará diluido por la irrupción de la entidad financiera a partir de la capitalización previa, que de entrada le coloca con más de un 30% de participación.

Abanca acude al rescate en un momento de gran incertidumbre, en una situación que Escotet calificó de "agobiante" al informar del crédito que concede al Deportivo. No solo debido a la deuda del club que, como recordó, "carece de activos y tiene ingresos reducidos", sino por su lucha por conservar la categoría. "Es la primera vez que nos toca gerenciar algo así", admitió el presidente de Abanca. El Dépor empieza el gran partido de su historia.