La misma sensación de equipo desahuciado, de castástrofe sin remedio, el mismo guía que cree cuando nadie lo hace, las mismas carreras... Cuánta familiaridad, cuánta alegría. Entonces fue en un tarde primaveral en Valencia y hoy en un descanso del invierno coruñés, cuando ni siquiera asoma febrero. Fernando Vázquez ha vuelto a obrar el milagro. Entre Luis César y el cabezazo de Peru, le hicieron el 25% del trabajo, pero el míster ha vuelto a sellar una racha de cuatro victorias mágicas que sacaron un par de horas al Dépor del descenso, cuando ya todos lo veían como una causa perdida. Aun así, lo importante es que el conjunto coruñés ha asomado la cabeza, que ya mira de tú a tú a sus rivales y, sobre todo, que ha conseguido parecer un equipo y recobrar el ánimo de un vestuario y una grada baqueteadas como pocas en los últimos tiempos. El deportivismo cree, disfruta, respira. Bien lo merece. Hoy cayó el Cádiz, el líder, en un ejercicio de orden y estoque inmejorables. Antes hincaron la rodilla el Tenerife, el Numancia y el Racing. El Dépor ahora mismo no tiene techo. A soñar.

Fernando Vázquez apostó por tocar lo mínimo. Quiere fomentar los automatismos, mantener viva la costumbre ganadora de un grupo renovado. Ni siquiera tocó el sistema, a pesar de que hace tres días le había rescatado la defensa de cuatro. Hoy volvía a los cinco atrás y el Dépor se disponía a volver sobre sus pasos. El soliviantado Montero regresaba a la defensa y Mollejo era el elegido para suplir a Koné. A Beauvue le tocaba esperar en el banquillo y al joven del Atlético multiplicarse sobre el terreno de juego. En defensa arrimaba el hombro en la banda junto a Salva o Luis Ruiz y en ataque apoyaba y secundaba a Sabin Merino. Mucho campo para el hiperactivo ariete, no se achicó ante tal empresa, ni mucho menos.

70

El Dépor le gana 1-0 al Cádiz

Fue una primera parte de pequeños detalles, de refuerzos tácticos, de partida de ajedrez. Una pieza aquí, otra allá. Es innegable el paso adelante futbolístico y anímico que ha dado el Dépor. Ya es por fin un equipo, no un grupo de pacientes del manicomio. Los centrales tocan con tranquilidad, Gaku y Aketxe se atreven, Sabin Merino busca hacer daño rompiendo con desmarques y Peru, el mejor del primer acto, es el jefe de la media, el sostén. Otra historia. A pesar de ese paso al frente, la presencia del líder, del equipo más rocoso de Segunda, no le facilitó ni mucho menos el camino hacia la meta contraria. De hecho, más que ocasiones, ambos equipos disfrutaron en el primer acto de aproximaciones. La mejor para el Dépor fue en el minuto 1 cuando casi marca Sabin Merino.

A Riazor, con 25.000 fieles en las gradas, le estaba gustando lo que veía, más allá de que las áreas fuesen territorio vedado. Su equipo era intenso, estaba suelto y, sobre todo, parecía un escuadra seria, organizada. El Cádiz, maniatado, no podía correr y así lo pasa mal. Echaba de menos a Salvi. Un primer tiempo de combate nulo.

El Dépor quiso sacarse el corsé al inicio del segundo acto. Sin excesos, apretó, subió líneas y fue aún más intenso. Era un partido de 0-0 con ligero color blanquiazul. Mollejo hacía por tres, Aketxe y Gaku crecían, Mujaid y Peru, imperiales. El Cádiz aparecía aún más amenazante con el duelo empezando a romperse, pero en realidad era el equipo coruñés el que estaba llevando el partido a su terreno.

8

Así vivió Fernando Vázquez la victoria ante el Cádiz

Poco a poco, paso a paso... hasta que rompió, hasta que estalló Riazor. Una genialidad de Gaku, una sutileza de Sabin Merino. Pam, pam. Fue el silencio antes del rugido. 1-0, minuto 65. El gol servía para que la grada liberase lo mucho que había tragado, para que Fernando Vázquez se echase una carrera como las de antaño y para confirmar que el vasco es el delantero de este equipo y que el japonés está recuperado para la causa. Impagable.

La alegría y la resurrección no privaron al Dépor del sufrimiento, de achicar en la última media hora. Hubo gemelos casi en la boca como el de Peru, consultas varias en el VAR y muchos centros al área y nervios. E Dépor sobrevivió. Ahora sí lo sabe hacer porque esta es otra realidad, este es otro equipo, que ha presentado de manera formal su candidatura a seguir un año más en Segunda División. Parece poco, lo mínimo exigible, hace unas semanas semejaba un imposible. Que pase el siguiente.

22

La afición del Dépor se lo pasó en grande ante el Cádiz