Ya no tienen la exuberancia de antaño, de aquellas que hacía con el Compostela hace casi tres décadas, pero uno de los momentos de la tarde en Riazor fue la arrancada de Fernando Vázquez desde el banquillo hasta el fondo de Marathón para celebrar con sus pupilos el 1-0. Riazor estalló, él también. Habían pasado casi seis años, pero el deportivismo se teletransportó a aquella remontada interruptus en Primera, esta va por el mismo camino y todo el mundo anhela que sea con mejor final. De momentos, ya han vuelto a lo grande las carreras por la banda de Fernando Vázquez.