A Coruña vistió ayer de blanquiazul, no solo Riazor ni los aledaños. Todos los barrios de la ciudad despertaron llenos de camisetas y bufandas del Deportivo. "¿Tan importante es el partido de hoy? Porque llevaba tiempo sin ver así las calles", preguntaba una amiga. Sí, pero no. Cambió el discurso y... algunas cosas más. Por eso Riazor volvió a agotar las localidades. Ayer hubo récord de asistencia de la temporada, fueron 27.151 espectadores los que se reunieron ayer para apoyar a su equipo en el estadio, entre ellos los más de 600 niños que participaron en el proyecto Os Nosos Valores-Escolas Branquiazuis, que organizan LA OPINIÓN y la Fundación del RC Deportivo, en colaboración con Vegalsa-Eroski. Unos jóvenes aficionados que también fueron protagonistas en los videomarcadores, que mostraron sus visitas al coliseo blanquiazul.

Al grito de "Dale, dale D" más de medio millar de seguidores deportivistas recibieron en Riazor al autobús que trasladó a la expedición blanquiazul desde el hotel de concentración. A las 16.32 llegó el autocar a la rotonda de las Esclavas y en ese momento retumbaron los bombos y se encendieron numerosas bengalas que acompañaron al equipo durante el tramo de Manuel Murguía hasta la entrada a vestuarios. Cuando el balón empezó a rodar, el blanquiazul pobló Riazor. Miles de espectadores, todos con la camiseta que entregó el club a cada uno de los seguidores que cruzó el torno de las puertas de acceso.

Fernando Vázquez, el entrenador deportivista, se acercó a los seguidores cuando descendió del autobús. Trasmitió energía y positivismo. Algo que sus futbolistas acabaron mostrando sobre el césped contra los canarios. Como él mismo al pie de su banquillo, desde donde no paraba de dar órdenes, de incordiar incluso al cuadro árbitro, de mostrarse inquieto en un partido en el que, como los anteriores, su equipo no era capaz de rematar y en el que volvió a ganar por la mínima. Esta vez ante la entrada más importante del curso actual. Los resultados positivos y el precio de las localidades influyen sobremanera; así como algunos cambios. Antes las concentraciones no eran precisamente amistosas, ni para los jugadores.