Iba a llegar, nadie lo dudaba. La clave eran el cómo y la forma en la que el Dépor se levantaría de la primera derrota de 2020, de la era Vázquez. La segunda incógnita aún está por resolver, pero la primera duele y a la vez enorgullece y, de paso, ofrece alguna lección. El Dépor retrocedió en el tiempo para 'ganarse' una derrota como las de 2019, facilitada a partir de tres errores individuales en defensa, pero sí que es cierto que en el naufragio mostró unas hechuras impensables hace dos meses. No se descompuso, dio la cara hasta con diez y lo hizo en el peor de los escenarios posibles, La Romareda de un Zaragoza camino de Primera y con el mayor caudal ofensivo de la categoría. Y no desentonó, no fue menos que su rival. No hay que bajar la cabeza, a pesar de la bofetada. Eso sí, el destino quiso resaltar dos detalles, que no son menores: un error de Peru que alimenta su incomodidad en la retaguardia y el hecho de que el equipo ha perdido a su mejor pivote en el movimiento de piezas por la lesión de Somma. Toca aprender, también fichar, pero a un central.

Las bajas empujaban a Vázquez a darle una vuelta al once o a entregarse a una defensa de adolescentes y no le tembló el pulso. Solo Bóveda superaba los 21 años y Mujaid y Mollejo eran generación 2000 y 2001. Era una declaración de intenciones. Se esperaba a un equipo maño dominador y cierto bombardeo al área, pero lo que sorprendió en el primer acto fue la endeblez coruñesa en la defensa del balón parado. No tanto que se posicionase hundido, sino que estuviese tibio en los despejes y en las atajadas y que no supiese salir a tapar cuando la ocasión lo que requería. Así empezó a ganar el Zaragoza desde el minuto cinco en un remate un tanto extraño de Eguaras, en el que algo más pudo hacer Dani Giménez. Algún aficionado aún se estaba sentando y el Dépor ya perdía 1-0. De los peores estadios para empezar así.

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El Dépor cae 3-1 ante el Zaragoza

Pero el Dépor reaccionó rápido. Un par de estiradas, toque por dentro y carreras de los laterales y Mollejo, el más listo, rapiñaba un balón en el área para mandarlo a la red. Minuto 11 y todo volvía a la casilla de salida, justo lo que hubiera firmado cualquier aficionado blanquiazul tras el primer susto. El tanto le generó incertidumbre a los locales y soltó a los visitantes. Fueron unos grandes minutos futbolísticos para los coruñeses, que controlaban la situación y salían con facilidad a la contra. Bóveda estaba en todas partes, Mollejo se desplegaba por dos o tres, Çolak y Gaku querían la pelota y Aketxe mandaba. No pintaba nada mal la situación, siempre con la amenaza latente de los maños. De hecho, olía a 1-2, aunque fue tan solo un ligero perfume, ya, a diferencia de lo ocurrido últimamente, al Dépor le volvía a condenar su fragilidad atrás. Justo cuando su rival empezaba a pasarlo mal y a dudar su riva, llegaba el cabezazo de Atienza a la red. Mujaid esperaba para despejar en el área pequeña y no atacaba la pelota. Mal. Errores que se pagan. 2-1, minuto 32.

El Dépor lo siguió intentando en lo que quedaba de primer acto con un Aketxe con ganas de ser protagonista y lanzar a puerta. Estaba inspirado. No llegó el premio del 2-2, al Dépor le pesaba en parte que sabía que era el único causante de esa derrota momentánea. No debía haber dado tanta vida a un candidato al ascenso. Imperdonable.

La segunda parte ofreció en los primeros minutos a un Dépor animado a pisar el área contraria. Mollejo era casi más extremo que lateral, seguía presente la facilidad para tocar, para escalonarse, para descoser poco a poco al Zaragoza. Faltaban las ocasiones y los goles, claro. A esta actitud ofensiva de los blanquiazules, ayudaba sin duda que el Zaragoza le regalaba la pelota. Quería espacios, hacer daños con verticalidad y dar rienda suelta a las capacidades de Luis Suárez. El Dépor amenazaba, pero estaba en el filo de la navaja. Bonito y peligroso.

Y se cortó. Fue el propio Dépor, sus jugadores, los que se descabalgaron de nuevo del partido. Gaku cometió una falta indebida cuando tenía ya una amarilla y se fue a la calle. Minuto 60. Un análisis global de las dos infracciones no empujan a pensar que el japonés se pudiese haber ido a la caseta, pero sabía que debía haber ido con cuidado, que tenía que haber recogido la pierna. La inferioridad numérica empinaba el muro, pero no lo convertía en insalvable. La acción que sí lo convirtió en imposible llegaría dos minutos después y sería otro regalo. Esta vez, Peru Nolaskoain, hoy como central, estuvo blando en la carrera con Luis Suárez cuando tenía ventaja. Y en esas situaciones, en las dudas, el colombiano, es mortal. Dani Giménez tampoco achicó con la salida y llegó el 3-1. Dos goles de desventaja, uno menos y media hora por delante en la casa del segundo clasificado. Mal cóctel.

Y, aún así, el Dépor no le perdió la cara al duelo. Estuvo valiente con la pelota, ocupó más que bien el terreno de juego con diez y ante un rival como el Zaragoza. Koke y Hugo Vallejo saltaron para ejercer de improvisados laterales, Koné tuvo sus minutos. Solo le faltó el gol para añadirle algo de picante al final de un choque con un desenlace ya cerrado. Los maños tuvieron sus ocasiones, es cierto. Dos claras, de James y Luis Suárez, pero eran comprensibles en un contexto de riesgo. Se consumaba finalmente una derrota, ya masticada en la última media hora y que sirve para centrar el tiro y para librar de pajaritos de ascenso la cabeza. Ahora, a aprender, levantarse y a librarse de la quema de la Segunda B. Nuevas lecciones de las que debe examinarse ya el Dépor de Fernando Vázquez. El primer parcial, en una semana en Riazor ante el Lugo.

Ficha técnica:

Real Zaragoza: Álvarez; Vigaray, Atienza, El Yamiq, Enrique Clemente; Soro (Igbekeme, min. 52), Guti, Eguaras, Burgui (Linares, min. 80); Luis Suárez (Álex Blanco, min. 75) y Puado.

Deportivo: Dani Giménez; Eneko Bóveda (Keko Gontán, min. 67), Mujaid, Nolaskoain, Montero, Mollejo (Hugo, min. 67); Gaku, Álex Bergantiños; Emre Colak (Kone, min. 79), Sabin Merino y Aketxe.

Goles: 1-0: Eguaras (min. 5), 1-1: Mollejo (min. 11), 2-1: Atienza (min. 31), 3-1: Suárez (min. 61).

Árbitro: López Toca (Comité Cántabro). Expulsó por doble amarilla al deportivista Gaku (min. 59). Además, mostró cartulina amarilla a Enrique Clemente y El Yamiq en los locales y a Gaku, Mollejo, Mujald y Aketxe en los visitantes.

Incidencias: Partido correspondiente a la vigesimonovena jornada de la Liga SmartBank disputado en el Estadio de La Romareda ante 28.024 espectadores.