Tiene historial, quiere futuro. Pocos técnicos profesionales de LaLiga pueden lucir tal currículum de promoción de futbolistas de la cantera en las últimas décadas, pero Fernando Vázquez mira hacia adelante, no atrás, solo repara en el pasado para inspirarse. Si en su día impulsó a Joaquín, Tristán o Martí, ahora anhela que los próximos sean Juan Rodríguez, Jorge Valín o Yago Gandoy. El central, la esperanza de Abegondo, se siente arropado en ese último paso, a pesar del frenazo que ha supuesto a su progresión las medidas decretadas por la propagación del coronavirus. "Fernando tiene una gran experiencia. Es cercano y transmite confianza y tranquilidad, valoro el esfuerzo que estaba haciendo conmigo al quedarse casi todos los días entrenándome una hora más", refuerza quien en su último año de juvenil ya está coqueteando con el debut en el primer equipo.

El apego de Vázquez por la formación de jugadores de la casa viene de lejos y ha mantenido la misma línea en sus dos etapas en A Coruña. No hizo debutar a Mujaid Sadick, una muesca que quedará en el currículum de Seedorf, pero sí es el técnico que lo consolidó y que le encontró su sitio natural como central diestro en una defensa de cinco. El riojano es otro desde su llegada, pronto le tocará el turno a Juan Rodríguez, según sus condiciones, su progresión y las necesidades. Son los dos últimos de su cosecha, a los que hay que sumar el debut de Kanouté en Copa. Eso sí, no son los primeros en A Coruña. Su etapa pretérita en el estadio de Riazor, hace algo más de un lustro, fue la de mayor proliferación de canteranos en la era moderna, junto a la era JB Toshack, pasado el ecuador de los años 90.

Vázquez fue seleccionador gallego y cree en el talento que se genera en la tierra, pero su apuesta va más allá de las fronteras. Él quiere desterrar esa creencia de que el DNI es guía, solo pretende detectar promesas a partir de su talento. Así, no solo ha apostado por Mujaid, también ha creído en Montero cuando estaba más fuera que dentro y aumentó la importancia de los roles de Nolaskoain y Mollejo. Incluso, antes de que llegase Ba por Somma, él prefería a un futbolista joven, siempre que fuese diferencial y en propiedad. Esa confianza en lo que cree, de ahora y de siempre, es la que le ha llevado en los últimos tiempos a hacer trabajo especial con Juan.

Si el juvenil es el futuro y Mujaid el presente, la apuesta en el pasado fue Insua. No le puso él por primera vez la camiseta del primer equipo, aunque sí lo hizo mariscal en campo en 2014. No fue el único. En menor grado, ocurrió algo parecido con Juan Carlos, que ya había abierto la espita, pero al que le dio 27 partidos en Segunda. Hizo también estrenarse a Luis Fernández con 28 encuentros, a Bicho con seis, a Teles con cuatro, a Uxío con dos y a Dani Iglesias con uno, además de confiar en veteranos de la casa como Álex, Laure, Seoane o Juan Domínguez. La escasez de aquel verano y el convencimiento convirtieron Abegondo en un manantial que no dejaba de brotar. En breve, Fernando Vázquez pretende que vuelva a ocurrir lo mismo.