Muchos españoles en el extranjero cruzaron hace una semana aeropuertos semidesérticos en varios continentes para poder llegar a casa ante la amenaza de quedarse bloqueados en un país que no fuese el suyo y a merced del avance del coronavirus a nivel mundial. Uno de ellos fue la coruñesa Rosalía Muiño, Lía, que hace unos meses ascendió con el Deportivo Abanca y ahora estudia y forma parte del equipo de soccer de la Universidad de South Florida. "Por fin ya llevo unos días en A Coruña. Tomamos la decisión (de regresar) casi en un momento y fue un poco agobiante por la situación, por la incertidumbre y porque mi familia y yo estábamos preocupados por si iba a tener algún problema en la vuelta", confiesa quien, más relajada y armándose de paciencia en la cuarentena, ya se centra en acabar el semestre de manera online, ya que no tiene que volver a Estados Unidos hasta el mes de agosto. Se trunca, de momento, esta nueva vida y la del resto de exdeportivistas que han probado suerte en el sistema deportivo de los estudios superiores americanos, como Javi Armas o María Ameneiros.

"Al principio parecía todo una película, pero en mi universidad fueron tomando medidas ya antes". Lía reconoce que su escapada no supone que en su campus fuesen ajenos a lo que ocurría a nivel global. "Cuando decidí marcharme de allí, aún no había registrados casos de coronavirus, pero ya no quedaba allí ningún español y llevábamos dos semanas sin entrenarnos con el equipo porque habían cerrado todas las instalaciones deportivas. Pocos días antes de venirme suspendieron las clases presenciales, aunque sí podíamos salir a la calle". Fueron progresivas las decisiones y ahora son extremas. "Vivía en la residencia y hace días (cuando ya estaba en A Coruña) recibí un correo informando de que la iban a cerrar". Clausuran los dormitorios, cerrojazo a la universidad casi de manera operativa. A ella, que cursa International Bussiness, le da "pena" toda la situación y este frenazo porque le había costado la adaptación idiomática y futbolística a un balompié "más físico".

Esas son sus inquietudes ahora, pero cuando atravesó el Atlántico, eran otras. Las situaciones excepcionales ponen barreras en las fronteras con las que, en un principio, no se contaba. Aún así, Lía llegó a salvo y hasta con una llamativa normalidad. "Las autoridades nos recomendaron regresar cuanto antes. No tuve problemas en ningún aeropuerto y me sorprendió que no me hiciesen controles, ni de fiebre ni nada", relata.

De volver a no ir

Lía tuvo que regresar y lo mismo le ocurrió a María Ameneiros, otra ex del Deportivo Abanca. La portera, que estudia en la Universidad Cardinal Strich de Milwaukee, está desde el domingo en Galicia. El viernes de la semana pasada le dieron vía libre para volver. Tras el verano, afrontará su cuarto curso. En los últimos años la exblanquiazul Carmela Barros también probó suerte en la Universidad de Oakland.

De tener que regresar a no poder viajar. Javi Armas, ex canterano del Deportivo, fue hace meses uno de los futbolistas becados por LaLiga para jugar y estudiar en la Universidad de Oregon State. Desde el pasado viernes tendría que estar en Estados Unidos, pero se quedó en tierra. El verano ofrecerá nuevas oportunidades para todos.