"¡Y yo me siento blanquiazul!". Con fuerza y verdad, Brais Ferro daba por finalizada entre aplausos la lectura de su redacción y la entrega de premios de los concursos de Os Nosos Valores-Escolas Branquiazuis, un proyecto de LA OPINIÓN y la Fundación Real Club Deportivo que se realiza en colaboración con Vegalsa-Eroski. Su relato, el que le valió para ganar su categoría, es una crónica de vida en blanquiazul y también de reflexión. Tiene 12 años, pero el Dépor ya le remueve, se hace preguntas. Ve cosas en el fútbol que no terminan de gustarle, que no entiende, pero ha calado en él que esta pasión va de sentir, de alegrías y de tristezas vividas en compañía en torno al gran elemento de unión de A Coruña, el Dépor. Esa una de las muchas enseñanzas, destiladas en las hojas de los ocho premiados de los concursos de dibujo y redacción de Os Nosos Valores-Escolas Branquiazuis, que recogieron ayer sus galardones en un Riazor luminoso y espléndido, ahora que está más bunkerizado que nunca.

No solo hubo protagonismo para Brais, también lo hubo para las historias de comprensión y esfuerzo de Claudia o Leda, para el maravilloso día de playa de Cristina, para esas manos y esas camisetas del dibujo de Saúl que unen 1906 y 2020, para los trazos llenos de símbolos coruñeses de Carlos, para el detallado y gráfico resumen de la visita de Ana y para ese gran y vivo escudo del Dépor de Ana Isabel.

Todos fueron galardonados y recibieron sus obsequios de mano de la directora de LA OPINIÓN Carmen Merelas; del responsable del departamento de comunicación, relaciones institucionales y responsabilidad social empresarial de Vegalsa-Eroski Adrián Torreiro; y de los consejeros del Dépor Antonio Armenteros y José Luis Queijeiro y Federico García Poncet, que destacó que este programa era una de las señas de identidad y una de las iniciativas de las que se sentían más orgullosos en la Fundación RCD. Los jóvenes se llevaron los elogios y sirvieron de mascarón de proa para mostrar el poso deja esta experiencia en los más pequeños de A Coruña y su comarca. Unos 1.800 niños de los que hubo una pequeña representación en la sala de prensa de Riazor y en la foto final de familia en torno al césped del templo blanquiazul.

El Covid-19 fue un compañero invisible durante todo el acto. El 11 de marzo había tenido lugar la última visita de los niños a Riazor y ayer, casi cuatro meses después, esta iniciativa realizaba en esta entrega su propia desescalada con mascarillas y medidas sanitarias. Adrián Torreiro se mostraba satisfecho porque Vegalsa-Eroski haya acompañado desde el principio a un proyecto en crecimiento, a pesar de las circunstancias de este año, y Carmen Merelas celebraba que el "boca a boca" ya funcionaba a pleno rendimiento en los "patios de los colegios" y que esta visita estaba ya subrayada en rojo en el calendario de muchas aulas. Un éxito curso tras curso.

Todo mientras los ganadores se llevaban a casa sus premios y se maravillaban de nuevo con el estadio de Riazor. Los primeros recibieron un abono, unos cascos inalámbricos y un portátil; los segundos, una camiseta, unos cascos y una tablet y los terceros, un balón, unos cascos y una cámara tipo GoPro.