El día después de la derrota contra el Extremadura fue como los que suelen seguir a un varapalo de esa magnitud. El descalabro protagonizado por el equipo el domingo en Riazor con la permanencia en juego exigía una respuesta por parte del club que llegó en forma de visita del presidente, Fernando Vidal, a las instalaciones de la ciudad deportiva de Abegondo. El máximo dirigente deportivista mantuvo una reunión con la plantilla y el cuerpo técnico para trasladarles ánimos después del grave tropiezo contra los extremeños y reclamarles un último esfuerzo con el que garantizar la continuidad en Segunda División el curso que viene y la propia viabilidad futura la entidad.

Solo faltó Emre Çolak, que por su cuenta y riesgo decidió no presentarse a la sesión y aparentemente dar por finalizada de manera abrupta su segunda etapa en A Coruña. La ausencia del jugador turco chirrió en una mañana en la que desde el club se apeló a la unidad para salvar una temporada que parecía enderezada y que a falta de dos compromisos se ha vuelto a torcer. Que no lo haga de manera definitiva depende de la que ocurra en los duelos ante Mirandés y Fuenlabrada.

El presidente en persona se lo recordó ayer a los jugadores en la jornada posterior a la debacle contra el Extremadura y aprovechó también para trasladarles ánimos después de una derrota especialmente dolorosa para algunos. El técnico, Fernando Vázquez, se mostró abatido nada más finalizar el partido, pero ayer Álex Bergantiños desveló que fue el primero en trasladarles "energía" en el vestuario. "Teníamos la oportunidad de cerrar un año duro y estábamos todos mal y él lógicamente también. Más allá de mostrar su decepción o su vergüenza con el partido, lo primero que hizo al entrar en el vestuario fue darnos ánimos e intentar que pensemos en el viernes. Tenemos que analizar todo lo que se hizo mal, pero a él lo veo con energía y convencido de que nos va a transmitir toda la energía del mundo para sacar esto adelante", indicó el capitán deportivista.

Álex reconoció que el equipo se ha complicado su situación con las dos últimas derrotas, pero al mismo tiempo recordó que siguen dependiendo de ellos mismos para lograr la permanencia. "Vuelve a ser un momento difícil, pero tenemos la ventaja de depender de nosotros. Tenemos que ser fuertes mentalmente para no caer en la desilusión o en no confiar en nosotros mismos para afrontar estos dos partidos que quedan", reflexionó el centrocampista blanquiazul.

La receta del jugador coruñés pasa por liberarse de la "ansiedad" que a su juicio sufre el equipo y al mismo tiempo recuperar la identidad que les permitió escalar posiciones en la clasificación desde comienzos de año. "Nos está pudiendo un poco la ansiedad de querer cerrar este año ya y estamos perdiendo la esencia que nos hizo salir de la situación en la que estuvimos. Estamos concediendo demasiadas opciones, nos están haciendo goles de contraataques, con el equipo muy abierto y lo que nos ha sacado de la situación en la que estuvimos en la primera vuelta fue el defender bien. A partir de defender bien el equipo creció y tuvo fases de buen juego", apuntó.

Olvidar la derrota contra el Extremadura y centrarse en el compromiso del viernes contra el Mirandés centran la atención de un equipo al que su entrenador vio descentrado. "Hay que intentar poner todo en perspectiva y pensar que el fútbol solo es presente. Está claro que este año hemos sido capaces de estar 18 partidos sin ganar, a punto de coger la salvación y ahora otra vez estamos en el lío metidos. Hay que tener tranquilidad y mirar el presente El nuestro es matizar todo lo que hemos hecho mal estos dos partidos", señaló Álex.