Un actor fundamental en el caso Fuenlabrada mantiene silencio. El Consejo Superior de Deportes, que preside Irene Lozano, se pronunció al poco de arrancar la polémica, el 22 de julio, dos días después de la suspensión del partido de Riazor, para acusar al Fuenlabrada de saltarse los protocolos sanitarios y culpar a LaLiga de la irresponsabilidad que derivó en un grave perjuicio deportivo para los blanquiazules. Desde entonces, y ha transcurrido un mes, el único movimiento conocido del CSD ha sido dar acuse de recibo a la reclamación del Deportivo para inhabilitar al presidente de LaLiga, Javier Tebas. Los nuevos hechos denunciados ayer por el club coruñés exigen la inmediata reacción del Consejo Superior de Deportes, el brazo del Gobierno para la política deportiva. Y debe ser por iniciativa propia, sin aguardar que la oposición fuerce su comparecencia en el Congreso. El tiempo de esconderse ya lo hemos dejado atrás.