Jorge García Santos (A Coruña, 1957) falleció ayer de forma sorprendente a los 63 años de edad a causa de un fallo cardíaco. La muerte del exportero del Deportivo es la segunda que sufre la familia blanquiazul durante el presente mes de diciembre, tras conocerse la pasada semana el óbito de Paseiro, José Fernández Sánchez, producido la semana pasada en Sada a los 92 años. Criado en Santa Margarita, fue el último Parrocho del equipo blanquiazul.

Este apelativo fue aplicado a diversos guardametas que vistieron la casaca blanquiazul, y Jorge lo hizo en parte de la década de los setenta, durante los ochenta y al principio de los noventa, aunque debutó en el primer equipo deportivista en la temporada 1977-78, cuando solo tenía 20 años, aunque ya estaba ejercitándose con el equipo de los mayores desde dos campañas antes, cuando finalizó su etapa como juvenil, en la que estuvo a las órdenes de Luis Rodríguez Vaz.

Toda su carrera deportiva la cumplió bajo el escudo del Deportivo, a donde llegó en edad juvenil procedente del Calasanz, con el que llegó a disputar 254 partidos de Liga, la mayoría en Segunda División. Aunque un año de su carrera lo pasó en Segunda B, hace 40 años, en la que fue el titular del cuadro coruñés al aprovechar que se produjo la marcha de Buyo al Sevilla, justo después de confirmarse el descenso del cuadro blanquiazul.

La carrera de Jorge estuvo marcada por la polémica, pues a sus excelentes condiciones deportivas se unía una personalidad rebelde motivado por su fuerte carácter, factores que influyeron notablemente en su recorrido profesional, en el que alternó años brillantes, con otros llenos de altibajos en los que perdió la titularidad en beneficio de otros compañeros.

La última temporada como profesional de Jorge García fue la 1990-91, cuando el Deportivo regresó a Primera División al conseguir el triunfo frente al Murcia (2-0) en el partido en el que se quemó parte de la grada de Preferencia. Aquel año, el portero de Santa Margarita estuvo a la sombra de Yosu Anuzita, que había llegado del Sestao, y solo participó en dos partidos. En el primero fue para disputar los últimos 16 minutos tras la expulsión del meta vasco en Jerez de la Frontera y la segunda en la jornada siguiente en Riazor contra el Eibar, encuentro en el que los blanquiazules perdieron 2-3.

Jorge celebró el regreso a la Primera División con 33 años, una categoría que había seguido como deportivista, pero en edad juvenil, y en la que nunca llegó a debutar, ya que a la conclusión de aquella temporada 1990-91 el club decidió no renovarle su contrato, que expiró ese 30 de junio de 1991.

Ayer se marchó, y con él el ultimo Parrocho que bautizó el deportivismo, un guardameta con grandes virtudes que era un virtuoso con el balón en los pies. De hecho en los entrenamientos, y cada vez que los técnicos se lo permitían, se ejercitaba como atacante o como organizador. Sabía tocar el balón.