Dos paradas de mérito de David Gil en la prórroga y otra en el último lanzamiento de la tanda de penaltis ejecutado por Churre dieron el pase a la siguiente ronda de la Copa del Rey al Cádiz, que sufrió para doblegar a un combativo Pontevedra, después de 120 minutos sin goles en Pasarón.

El Cádiz, que reservó a muchos de sus habituales titulares en LaLiga, fue fiel a su estilo a pesar de tener enfrente a un equipo de Segunda División B. Renunció a tener el balón, a asumir riesgos en defensa, y eso provocó que hubiese pocas ocasiones durante todo el choque porque su rival tampoco se lanzó al ataque.

Son dos equipos con un estilo parecido, que se sienten cómodos esperando en campo propio para contragolpear. Y sin espacios, las oportunidades llegaron en jugadas de estrategia o en acciones individuales.

Tras 120 minutos sin goles, en los penaltis todos marcaron hasta que David Gil adivinó el lanzamiento del defensa Churre en el último disparo.