Deportivo00Unionistas

El Dépor se encuentra en tal agujero negro que cualquier intento de salida desde tal profundidad, de asomar la cabeza requiere de una contundencia que ahora mismo no se puede permitir. Mejoró levemente el equipo de Rubén de la Barrera, apoyado también en la recuperación de futbolistas importantes, pero ese paso adelante no le sirvió para inquietar a su granítico rival en gran parte del encuentro. Unionistas tuvo en muchos momentos el duelo donde quiso. El colegiado tampoco le ayudó con cuatro acciones susceptibles de ser penalti. Frustración por todas partes. El equipo coruñés, a pesar de sus intentos, se va poco a poco ahogando en su debilidad para sacar la pelota, en su escaso nivel para una remontada que le exige la excelencia, en su fatalismo y en un descenso paulatino en la tabla clasificatoria. Ya está fuera de la zona de ascenso y aprietan los que vienen por detrás con partidos aún pendientes. El abismo ante sí.

Dos recuperaciones, una ausencia, un fichaje y una decisión de calado en punta y Rubén de la Barrera ya tenía montada una revolución en el once. Era lo mínimo que necesitaba el Dépor. Nombres y también modelo, confianza. El equipo coruñés intentó salir con la cara lavada al partido, mientras olvidaba su espantoso pasado reciente. Anhelaba apoyar esa metamorfosis en una nueva actitud, nuevos cometidos en el fútbol de posición, y en la presencia de Keko y Uche. Cualquier equipo de Segunda B, por muy mal que esté, nota la presencia de ambos y así ocurrió en el bando coruñés. Pero todo, bajo mínimos, lo justo y necesario, como siempre en este grupo.

El Dépor buscaba explotar la banda de Lara y dar galones en la creación a Keko y en la salida a Uche. Apretó el equipo coruñés en los primeros minutos más por acercamiento, por uy, que por oportunidades reales. Un saque de esquina, una presión para forzar un despeje y parecía que Unionistas lo empezaba a pasar mal. No era así. El equipo salmantino, que se presentaba al duelo con un récord de imbatibilidad de 671 minutos, no se deja llevar por los sustos, hay que hacer mucho y bien para meterle mano. El Dépor no está para tales dispendios.

Tardó quince minutos en sacarse de encima ese agobio ficticio el líder, aunque el Dépor realmente no había tirado a puerta, no había probado a Serna. El gran problema blanquiazul es su falta de confianza con balón, la ausencia de un mariscal que lleve el peso específico del juego interior. Había intención y creó alguna semiocasión, pero le ahogaba su propia incapacidad. Poco a poco su rival fue creciendo y, casi sin querer, inquietó a Carlos Abad. En el minuto 31 tuvo la más clara de la primera parte, buena mano del tinerfeño.

¿Quién fue el mejor jugador del Dépor ante Unionistas?

  • 13
  • 5
  • 60

Los últimos minutos activaron a un desaparecido Raí y el Dépor pudo recuperar un par de balones arriba y transitar algo. Se vio algo, poco. Demasiado necesitaba mejorar, a pesar de esos tres posibles penaltis en el área de Unionistas. El Dépor tenía oportunidad y tiempo, toda una segunda mitad. Poco más.

El Dépor pareció otro tras el paso por vestuarios. Los mejores minutos de la era Rubén de la Barrera. Keko y Lara se fijaron más en banda, el equipo subió líneas y Borges, en un nivel ínfimo, buscó asociarse con el madrileño. Recuperaba rápido, apretaba. Fue un cuarto e hora de insistencia, de tiros lejanos, de mejores hechuras como equipo. Tampoco lo pasó excesivamente mal Unionistas, los más de 700 minutos sin encajar son por algo. El Dépor mejoraba, quizás tarde, se quedaba corto. Uno de tantos dramas.

Pasado el tramo, con los primeros cambios de los salmantinos y la frustración por no concretar la mejoría en goles, Unionistas logró enfriar el encuentro, lo que mejor se le da. Empezaba a no pasar nada, incluso pudieron marcar los visitantes en una jugada frontal, de laboratorio. Otra gran parada de Carlos Abad.

El Dépor empezaba a pedir caras nuevas, una nueva apuesta, sobre todo, porque no encontraba el camino, porque había alineado a futbolistas que venían de periodos de inactividad. De la Barrera, desesperado y bloqueado como su equipo, no se atrevió a mover nada hasta los últimos minutos. Ya fuese por falta de confianza en lo que tenía en el banquillo o por ausencia de ideas, dio la sensación de que su grupo perdió de un tiempo precioso en esa zona intermedia del segundo acto.

Los últimos minutos con Borja Galán en banda y con Lara y Salva Ruiz operando en la izquierda, agitaron el avispero. Pudo marcar el Dépor en un disparo del madrileño y en un balón colgado en el que el colegiado señaló falta de Beauvue. En los dominios de Serna y ante la duda, siempre pitó a favor de los visitantes. Uno de tantos problemas del Dépor, que ahora mismo pelea, por desgracia y por suerte, por todo. Por arriba y por abajo. Ha mejorado. ¿Le llegará ese leve paso adelante? ¿Será el principio de un cambio? ¿Llegará tarde? Momento crítico, muchas preguntas en el aire y casi todas las respuestas conllevan malas noticias.