Diego Villares. | // RCD

Más que un objetivo, el gol se ha convertido en una obsesión para el Deportivo, cuyo pésimo registro anotador —ocho tantos en 15 jornadas— es uno de los motivos principales que explican la pésima temporada del equipo. Desde que arrancó la campaña la productividad de cara a puerta siempre ha sido bajísima, pero incluso ha empeorado en el último mes y medio desde la llegada de Rubén de la Barrera al banquillo coruñés. A sus órdenes el Dépor afrontó seis encuentros y solo Lara, en la victoria frente al Guijuelo (1-0), fue capaz de anotar la que, además, es de momento la única diana blanquiazul en lo que va de 2021. Urge acabar de una vez por todas con esa sequía y para ayudar a encontrar el camino del gol el técnico orientó buena parte de las tareas de ayer a trabajar la definición, incluso sin oposición ni portero, para de esa forma facilitar la exitosa culminación de las jugadas y reforzar así la confianza y la seguridad de sus jugadores a la hora de rematar.

El cuerpo técnico dividió ayer a la plantilla en dos mitades que realizaron por turnos las mismas tareas en campos diferentes. Por una parte, un circuito que culminó con series de remates para afinar la puntería; y por otra, transiciones ofensivas con once jugadores a campo completo sin oposición ni guardameta en la portería contraria con un doble objetivo: automatizar cómo salir de la presión alta que propondrá el Pontevedra el domingo en Riazor y, a la vez, progresar con eficacia hasta acabar las jugadas con éxito. “¡Hago gol!”, “¡termino en gol!”, recalcó con sus característicos gritos De la Barrera, como siempre muy encima de sus jugadores tanto para alentarlos como para ajustar sus posiciones.

También Secho, su segundo, hizo correcciones para afinar movimientos en esa fase ofensiva alternando ataques combinativos con otros más directos, enviando balones en largo a los espacios en los pasillos exteriores con el objetivo de conectar con los extremos y generar centros al área hacia los rematadores, no solo el delantero centro, sino llegando con más futbolistas en disposición de acabar las jugadas. Máxima exigencia e intensidad en el trabajo previo a un encuentro, el del domingo contra el Pontevedra, vital para las aspiraciones del equipo. Como tal lo están preparando tanto los técnicos como los jugadores, especialmente motivados, como demostraron empleándose al límite en los partidillos en espacio reducido con los que finalizó la sesión de ayer en Abegondo.

Antes, en los ensayos tácticos, de la Barrera mezcló a titulares y suplentes para formar los dos equipos que, por turnos, completaron ese mismo ejercicio. Primero once jugadores y luego otros doce, con Galán y Miku alternando para ajustar numéricamente esa tarea. El venezolano volvió a ejercitarse con el grupo y, si su evolución sigue siendo positiva el resto de la semana, estará a disposición del técnico el domingo contra el Pontevedra (19.00 horas). También Derik y Keko trabajaron con aparente normalidad, así que De la Barrera tiene a los 23 disponibles, todos los de la primera plantilla más el fabrilista Adri Castro, que ayer volvió a estar a sus órdenes en Abegondo. De momento, el entrenador no dio pistas sobre cuál será el once inicial por el que apostará tras el parón competitivo después de haber repetido alineación por primera vez desde su llegada en los dos encuentros más recientes, frente a Guijuelo y Racing de Ferrol. Esta mañana (11.00 horas) acabará de definir su plan a puerta cerrada en Riazor.

Villares aún tiene esperanzas de “equivocar al presidente” y al final “dar la sorpresa” y conseguir el ascenso

Entre los que apuntan a mantenerse en el equipo titular el domingo contra el Pontevedra figura el canterano Diego Villares, quien ayer elogió cómo está preparando la plantilla este trascendental compromiso. Sabe que para la afición es muy complicado mantener la ilusión en una temporada marcada por las continuas decepciones, pero confía en que el trabajo en el día a día dé sus frutos este fin de semana con una victoria frente al conjunto granate. “Es difícil, sobre todo para la gente, después de tantas jornadas y varapalos. Es difícil pensar que esta vez sí va a ser, pero tanto la semana anterior como ésta estamos trabajando muy bien y ese es el camino para lograr los tres puntos”, apuntó el centrocampista, que está siendo uno de los fijos para De la Barrera. Es consciente de que el objetivo inicial del ascenso está muy complicado y es una meta prácticamente inalcanzable —tal y como expresó el martes el presidente, Antonio Couceiro, quien alentó al equipo para lograr una plaza en la nueva Primera RFEF, la equivalente a la actual Segunda B— pero aun así el de Vilalba todavía ve posible subir a Segunda División. “Está difícil el primer objetivo que era el ascenso pero, ¿por qué no? Está difícil el tema de la clasificación, está chungo, pero ojalá podamos equivocar, por así decirlo, al presidente y dar la sorpresa”. El anuncio de Couceiro garantizando la continuidad del club “pase lo que pase” no cambia la manera de afrontar la competición, según Villares. “Algo siempre tranquiliza pero sí es verdad que el objetivo en el vestuario siempre es el mismo. Nadie cambia el objetivo de un día para otro o la imagen con la que afrontamos estos tres partidos”, añadió el joven. El centrocampista blanquiazul ve al equipo “concienciado desde la semana anterior en poder ganar este partido” del domingo contra el Pontevedra. “Estamos con ganas de que llegue para poder sacarlo adelante”, recalcó al respecto Diego Villares antes del ensayo matinal de ayer en la ciudad deportiva.