En una temporada para el olvido en la que la primera plantilla se quedó lejos de alcanzar el objetivo del ascenso, el deportivismo encontró consuelo en una generación de jugadores que los convenció de que algo nuevo estaba germinando en el club desde hacía años. De que se podía empezar algo nuevo y olvidar un presente amargo. Aquellos juveniles dirigidos por Óscar Gilsanz que se proclamaron campeones de España y conquistaron un título que al club se les resistía desde hacía 25 años representaron un soplo de aire fresco. Ayer la afición entendió que esos canteranos a los que mima necesitaban de su aliento y respondió para ayudarlos desde la grada en busca de una remontada que se presentaba poco menos que imposible. En Riazor se presentaron 8.522 deportivistas para arropar a los muchachos de Manuel Pablo, a sus nenos. La cifra representa un récord reconocido por la UEFA en la fase previa o de grupos de la competición juvenil europea.

Riazor, entregado a sus ‘nenos’

Todo es poco para esa generación de juveniles que doblegó a las canteras más importantes del país, jugadores en varios casos formados desde benjamines en los campos de Abegondo, así que el recibimiento estuvo a la altura de lo que requería la ocasión. Un tifo que evocaba a la histórica remontada frente al Milan adornaba el fondo de los Riazor Blues antes del inicio de un partido que también tenía puntos de atención lejos del césped.

Riazor, entregado a sus ‘nenos’

En el palco del estadio se esperaba a los expresidentes y por allí apareció Fernando Vidal, el último antes de que Abanca consumara el cambio completo del consejo de administración. También Tino Fernández, acompañado de sus consejeros, y Augusto César Lendoiro. Se pudo ver al técnico del primer equipo, Borja Jiménez, y a buena parte de la plantilla, ubicada a unos metros en el grada de Tribuna para seguir a esas jóvenes promesas que piden paso con insistencia desde la cantera.

Los expresidentes Armenteros, Fernando Vidal, Tino Fernández y Augusto César Lendoiro, con Antonio Couceiro. | // C. PARDELLAS / RCD

El protagonismo se lo llevaron también aquel grupo de jugadores que en 1996 conquistaron un título que por entonces parecía reservado a los grandes. Los Dani Mallo, Deus y Pablo López tuvieron un hueco reservado en Riazor junto a los más de 8.500 deportivistas que no se cansaron de apretar.

Riazor, entregado a sus ‘nenos’

Riazor, entregado a sus ‘nenos’

Riazor, entregado a sus ‘nenos’