Apenas pudieron pegar ojo con la adrenalina a tope tras la histórica remontada del miércoles en Riazor contra el Pogon Szczecin polaco (4-0). Lógico que les costara dormir después de protagonizar semejante gesta ante más de 8.500 aficionados que se reunieron para ver un partido de juveniles, entre semana y lloviendo. Para ellos y para todo el deportivismo son ya auténticos héroes, pero aún les queda todo por hacer en el fútbol, así que los festejos duraron lo justo, solo unas horas. Ayer por la tarde les tocó regresar a Abegondo para preparar la visita del domingo al campo del Atlético Perines. “Lo han disfrutado y se merecían esa fiesta —explica el técnico, Manuel Pablo—. Les dije que lo tenían que celebrar pero que hoy [por ayer] eso ya pasó y había que entrenar bien”. Y eso hicieron sus pupilos, ejercitarse en Abegondo para seguir mejorando, a la vez que soñando con repetir noches tan mágicas como la del miércoles.

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Deportivo Juvenil 4 - 0 Pogon Carlos Pardellas

Fue un entrenamiento más suave para los que formaron de inicio frente al Pogon, ya sin los fabrilistas que reforzaron al equipo juvenil para la eliminatoria de la Youth League, pero normal para el resto. Entre los chavales a sus órdenes, el lateral Manu Rivas, al que los nervios le jugaron una mala pasada el miércoles y tuvo que pedir el cambio a la media hora de juego. “Está completamente recuperado. Como jugó poquito, hizo el entrenamiento completo”, relata el técnico isleño. Toca pasar página y mirar al frente después de un episodio que quedará para siempre grabado en la memoria de todos. No hace falta bajarlos de la nube, pero por si acaso ya se encargó Manuel Pablo de transmitirles que “ahora toca un partido en un campo de reducidas dimensiones, muy complicado, y es otra película totalmente diferente”, explica de cara a la visita del domingo al Vicente Miera de Santander, próximo a El Sardinero, donde casi a la misma hora competirá el primer equipo frente al Racing. El partido de los mayores arrancará a las 12.00 horas y el de los juveniles, media hora después, a las 12.30. Lideran su grupo en División de Honor, empatados a 19 puntos con el Celta, y quieren afianzarse en lo más alto logrando un nuevo triunfo a domicilio ante el Atlético Perines.

Es la nueva normalidad en el vestuario del juvenil A en Abegondo, ayer más sonriente que de costumbre por el dulce regusto del Pogonazo, aún muy reciente. “Estaban felices, celebrando cosas del partido, como es normal. Ya les he dicho que tenemos que cambiar el chip”, apunta el excapitán del Dépor, que valora especialmente la conexión entre sus jugadores y la afición, volcada con los juveniles y orgullosa de ellos, ganen o pierdan: “Se lo expliqué antes del partido. Les dije que habían generado ese sentimiento y que, pasara lo que pasara, quedaría siempre para su recuerdo personal. Encima, consigues la remontada, así que el recuerdo todavía es más agradable. Fue espectacular todo, la afluencia de público y cómo animó la gente”. Un “cuento de hadas”, como lo calificó ayer Miku, con final feliz para el Deportivo.

Manuel Pablo, el miércoles en el banquillo de Riazor Carlos Pardellas

Talismán para las remontadas con otro 4-0, como ante el Milan

Manuel Pablo ya recibió el vídeo del partido de ida de la eliminatoria de la UEFA Youth League que superó el Maccabi Haifa, el próximo rival europeo del Dépor juvenil, y espera conseguir también la grabación del encuentro de vuelta para así poder hacerse una idea más fiel de lo que le espera a los blanquiazules. La ida, el 3 de noviembre en A Coruña; y la vuelta, el 24 del mismo mes en Israel. Si supera esa ronda, el Dépor se cruzará con uno de los segundos clasificados de los grupos de la Champions en una eliminatoria a partido único en Riazor en busca del billete para los octavos de final. “Ahora vamos a pensar en el Atlético Perines. Después, ya analizaremos bien al Maccabi Haifa”, argumenta el técnico. Desde el banquillo de Riazor asistió de una manera diferente a otra noche mágica del Deportivo en Europa, esta vez de su equipo juvenil. Como futbolista también participó en las grandes remontadas continentales, tanto en el 3-4 de 2001 frente al PSG, como en el 4-0 al Milan que sirvió para acceder a las semifinales de la Champions en 2004. Ahora, como técnico, lo vive de otra forma, más fría, tratando de analizar cada situación para tomar las mejores decisiones sobre la marcha: “Intenté estar cerca de los jugadores para que mantuvieran la cabeza lo más metida posible en el partido. Los primeros goles ni los celebro, porque estaba corrigiendo algunas situaciones que veía y centrado en mantener el orden y el ritmo”.