El Fabril consumó la remontada imposible y jugará la fase de ascenso a Segunda Federación. Los goles Runy, Davo y David Mella depararon una tarde plácida, aunque lluviosa en Abegondo, también de intrigas, emociones y transistores en otros terrenos de juego, de los que dependía al llegar sin la posibilidad de meterse en play off en la mano a esta última jornada. La lesión del colegiado en Pol en el Polvorín-Viveiro y el posterior retraso del duelo en Lugo añadió incertidumbre al Ourense CF-Racing Vilalbés del que estaba pendiente y que finalizó 1-0. Todo salió perfecto y el Fabril se medirá al Ourense en la primera eliminatoria del play off.

Se lo tomó con calma el Fabril en el inicio. Mario y Jairo tomaron las riendas del centro del campo mientras las bandas comenzaron a tantear las primeras internadas de Mella y Runy. Iván Guerrero fue el primero en llegar al área rival aprovechando la espalda del lateral zurdo del Rápido que terminó en saque de esquina. En una acción similar llegó el primer gol de la tarde. Runy recibió un caramelo por alto al tiempo que entraba al área como un cuchillo por el costado derecho y, según le cayó, fusiló a Vila para anotar el 1-0. Se gustaba el Fabril y lo celebraba la grada de Abegondo, que por el juego y la comodidad del equipo de Gilsanz sospechaba la buena tarde que estaba por venir. El segundo gol llegó rápido por un error propio del Bouzas. Brais Val recuperó la pelota cerca de la frontal del área y, aunque su remate se estrelló en el primer defensa que encontró, el balón le cayó rechazado a Davo. El ariete fabrilista no falló y definió de maravilla por bajo para el 2-0.

Todo seguía el guion ideal. También los marcadores del Barco y del Racing Villalbés. En el verde, el equipo vigués apenas era capaz de inquietar ni a Alberto ni a la zaga, muy resolutiva ante cualquier acercamiento de la doble punta gualdinegra. El ligero paso adelante del Rápido, más propiciado por la comodidad del Fabril, dio la oportunidad a los extremos de volver a percutir por ambos costados. Mella también quería el protagonismo que había tenido la banda derecha durante los primeros veinte minutos y levantó a la grada con una gran carrera individual por la izquierda, marchándose de sus dos marcas hasta llegar al área, aunque Davo no acompañó con un remate a su centro que murió en los guantes de Vila. Le replicó Jairo en una carrera por el carril interior que acabó con un remate también a las manos del meta.

El Fabril y la grada querían una guinda a la gran primera parte. Y se la dio Mella en una contra eléctrica en la que recorrió más de medio campo hasta llegar al área pequeña para, escorado, anotar el 3-0 con un chut cruzado. Pudieron ser cuatro antes del entretiempo. Iano no acertó a rematar una jugada ensayada que el propio lateral había provocado con una buena cabalgada por el costado izquierdo.

La escuadra viguesa agitó todos los árboles que pudo con los cuatro cambios de David de Dios al comenzar el segundo tiempo que despertaron al Rápido. Pero si los gualdinegros de desperezaban, el Fabril respondía con tres cafés y una doble ocasión que surgió de las botas de Runy, primero un centro raso al que no llegó Davo por raso y, después, un envío que sí cazó Jairo, pero que no encontró los tres palos a la media vuelta. La pólvora se le mojó al equipo de Gilsanz, que no dejaba de crear oportunidades para el 4-0, pero no concretó una vaselina desviada de Davo o un remate de Runy a la espalda de un defensa cuando ya se cantaba el gol. Tampoco lo pagó el equipo blanquiazul. El Rápido redujo su actividad en ataque y las pocas ocasiones que generaron fueron desviadas o centros que atajó por alto Alberto.

En el último cuarto de hora amainó la intensidad del juego. Gilsanz metió a Juan Rodríguez para apuntalar el centro del campo y para, incluso, gozar de un remate en la media luna que mandó fuera del campo. La caza del gol continuó hasta el pitido final con un chut de Iván que bloqueó Vila. Lo propio hizo el Rápido, ya sin opciones de triunfo, que murió buscando un gol de honra que no llegó. La intriga se mantuvo después del pitido final, hasta la confirmación de la victoria del Ourense contra el Racing Villalbés.