¿Un Dépor víctima de sí mismo?

Varios entrenadores analizan los problemas del equipo en este tramo reciente de la temporada, la falta de alternativas a su propuesta de juego y el tipo de jugadores elegidos para configurar la plantilla

Lucas se lamenta durante el partido contra el Castilla en Riazor. |  // CASTELEIRO / ROLLER AGENCIA

Lucas se lamenta durante el partido contra el Castilla en Riazor. | // CASTELEIRO / ROLLER AGENCIA / M. OTero

Marcos Otero

Marcos Otero

El Deportivo atraviesa el que quizá sea uno de los momentos más delicados de la temporada después de la derrota en Salamanca del pasado sábado. El equipo se ha instalado en su peor racha de resultados del curso tras sumar tan solo cinco puntos en las últimas cinco jornadas, uno menos que durante el tramo de partidos que acabaría desembocando en el despido de Borja Jiménez. Al conjunto blanquiazul ya le tocó gestionar la posibilidad a finales de año de verse muy lejos del liderato, pero ahora el margen es menor y afronta el tramo decisivo del campeonato con su entrenador, Óscar Cano, cuestionado por la afición y después de acometer una profunda reforma del equipo en el mercado de invierno culminada con la llegada de Lucas Pérez.

Las dudas se agolpan alrededor del proyecto en vísperas de recibir al Fuenlabrada y de visitar al Racing de Ferrol mientras se cuestiona la configuración de la plantilla y la idea de juego sobre la que se construyó.

“Para mí el gran problema que tiene el Dépor es que es muy previsible. Me parece un equipo muy fácil de analizar como rival. Si yo tuviera que hacerlo sería muy fácil porque tiene muy pocas variantes. Al final siempre es ese juego posicional, esa estructura sobre el 4-3-3, con el 90% de las veces los mismos futbolistas... Después se podría hablar de que fuera de casa siempre es muy conservador, aunque dentro del mismo modelo se pueda tener una intención u otra”, resume el exentrenador del Deportivo Abanca, Manu Sánchez, sobre los males de del conjunto blanquiazul.

Tito Ramallo precisamente alude a esos problemas que encuentra el equipo lejos de Riazor para imponer su modelo de juego como origen de buena parte de sus males. “Tenemos que tener claro que el Deportivo tiene dos caras, una en casa y otra fuera. Dominadora en Riazor y sin contundencia ofensiva ni defensiva a domicilio”, advierte el que fuera técnico del Fabril. “Eso lo hace vivir en un punto de extremos y le genera mucha incertidumbre. El Dépor es un equipo confeccionado para llevar la iniciativa, con un mediocampo creativo, con jugadores que tratan de recibir siempre al pie, que tratan de combinar... Lo que pasa es que fuera de casa eso se le está atragantando y el problema es que no es capaz de generar una opción que, aunque sea un poco más pragmática, le dé eficacia”, añade Ramallo.

El Deportivo, argumenta el exentrenador del filial deportivista, se ha encontrado que su propia filosofía se ha convertido en una limitación para afrontar con las garantías suficientes el objetivo de la temporada, que no es otro que el ascenso directo. “Ahí hay un choque de identidades. Por un lado el Deportivo quiere mantener su idea y a la vez le cuesta mucho cambiarla porque tampoco cree en otra manera de hacer las cosas. ¿En dónde podría estar la clave? En que el Deportivo ha desarrollado un tipo de juego que consigue materializar en la mitad de los casos, sobre todo en casa, pero fuera le cuesta mucho. Está dando para ser un equipo de arriba, pero el objetivo principal es ser primero y para eso tienes que ser contundente en tu juego, en tu filosofía, tanto en casa como fuera”, sostiene Ramallo.

La falta de alternativas a ese juego posicional y combinativo que plantea el Deportivo ha ido manifestándose de manera más visible a medida que los resultados se han resentido, especialmente lejos de Riazor. “Esa falta de repertorio la ha ido limitando el propio equipo, porque había futbolistas diferentes, como en el caso de Narro, que para mí es sangrante. Los que vienen y te dan algo diferente no entran dentro de esa rueda. Si a Villares lo tiras a una banda y si a Narro lo sacas de la plantilla te limitas. Menos mal que llegó Lucas, que nos da otra virtud que el Dépor no tenía y que solo le da él, que es el balón parado. El equipo ha experimentado una mejoría del 300% en el balón parado ofensivo solo porque golpea Lucas”, destaca Manu Sánchez.

“Hoy en día tienes que tratar de manejar el mayor número de registros posibles porque te pueden hacer falta. El Deportivo en ese sentido parece que tiene el suyo y solo sabe hacer eso. Es una pena porque tienes un delantero como Lucas que te permite juego vertical, fútbol directo, caer a banda...”, añade el exentrenador del Dépor Abanca.

La propia “naturaleza” de sus jugadores, sin embargo, le impide desarrollar una alternativa, advierte Ramallo, pero todo al fin y al cabo parte para el extécnico del Fabril de las dificultades a domicilio. “Fuera de casa hace que ese juego quede diluido y el Deportivo tiene muchos obstáculos para hacer otro tipo de fútbol, como robar y salir rápido, hacer transiciones con pocos pases... Su tendencia es otra. Es ir a contracorriente de lo que quieres. Uno de los objetivos que tenía el Dépor en el mercado de invierno, sobre todo por las propias palabras de Cano, era tener jugadores con un perfil diferente para hacer otras cosas. No habló de calidad, el mensaje fue traer futbolistas con otros perfiles para hacer cosas diferentes”, resume. El problema lo tienes fuera, donde generas dudas. Esas dudas se incrementan, no es que las disminuyas. Es una cuestión futbolística, pero se va transformando en una falta de confianza. El otro día te adelantas, haces lo difícil, pero rápidamente te empatan”, insiste Ramallo.

Soluciones

El entrenador del Silva, Javier Bardanca, considera que existen alternativas al juego que desarrolla el equipo y que no le funciona en determinados contextos. “El Deportivo tiene opciones distintas otra cosa es que las utilice. Se fichó un delantero centro como Arturo, un jugador que va bien en el juego aéreo, en el choque y que vino recomendado por el entrenador, pero no se está contando para nada con él”, apunta sobre el papel del delantero.

Ahí aflora el rol de Lucas y su posición como delantero de referencia. “No puede resolver los partidos él solo y sobre todo bajando tanto a recibir balones. Como segundo punta podría ayudar, pero eso sería tarea del entrenador buscar una alternativa al sistema”, señala Bardanca.

“El Deportivo con Óscar Cano, al principio, jugó con un delantero centro de ruptura [Svensson]. La llegada de Lucas, con sus aspectos positivos y negativos, lógicamente más positivos que negativos, generó tener a un delantero de apoyo. Lucas participa muchísimo en el juego, viene atrás, viene a recibir... Yo tengo mi propia percepción de Lucas, para mí es un segundo delantero, que debe jugar con otro futbolista, como Svensson o Arturo. A Lucas le gusta bajar a recibir y caer a banda, y cuando hace eso te falta una referencia de ruptura”, expone Tito Ramallo como una de las posibles variables a explorar.

“Hemos visto solo en algunos partidos jugar con dos puntas y para mí en Riazor sería algo que tendría claro. Da igual el esquema, ya sea un 4-4-2 en rombo o un 3-5-2, pero con dos puntas y sometiendo al rival desde el minuto uno”, coincide Manu Sánchez acerca de una opción para el Deportivo más allá de su juego posicional. “Ahí es donde tienes que cambiar, ya no puedes buscar el protagonismo con el balón sino la profundidad”, resalta Bardanca.

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