Las 500 batallas del capitán Álex Bergantiños

Recién alcanzado el medio millar de partidos en las tres categorías más altas, Álex rescata los que más lo marcaron

Álex Bergantiños estampa su firma bajo el número 500 en una de las salas de Abegondo

Álex Bergantiños estampa su firma bajo el número 500 en una de las salas de Abegondo / Carlos Pardellas

“Mi carrera fue un poco en pirámide, pasé por todas las categorías”. Álex Bergantiños jugó el sábado ante el Fuenlabrada su partido número 500 en los tres escalones más altos del fútbol español: Primera, Segunda, más Segunda B y la actual Primera RFEF. Medio millar de encuentros que se reparten así: 331 con el Dépor —iguala la marca de Pancho García en la novena plaza del ránking histórico del club—, 60 con el Xerez, 40 con el Sporting de Gijón, otros 40 con el Fabril —en total con el filial jugó 152, contando Tercera—, más 22 con el Nàstic y 7 con el Granada. Son las 500 batallas del capitán Bergantiños. Todas importantes, pero algunas especialmente destacadas, para bien o para mal. Estas son y así las recuerda en primera persona Álex, santo y seña del Real Club Deportivo:

1: 26 de agosto de 2007: Fabril-Celta B (2-1). Debut en Segunda B.

“Siempre me planteé mi carrera para ver hasta dónde podía llegar. Estaba en Tercera y decía: ‘A ver si doy el nivel para Segunda B’. Entonces, no me imaginaba jugando en Primera. Después de tres años con el Fabril en Tercera en los que no conseguimos ascender, ese era el debut en Segunda B. Además, derbi contra el Celta B y victoria en Abegondo. Aun encima, hicimos un buen año, jugando el play off de ascenso a Segunda contra el Écija. Fue el siguiente escalón de decir: ‘Bueno, pues si lo he hecho bien en Segunda B, a ver si asomo la pata en Segunda’. Y así fue al siguiente año”.

71: 13 de junio de 2009: Xerez-Huesca (2-1). Ascenso desde Segunda con el Xerez y debut en Primera.

“Fue el primer y único ascenso del Xerez a Primera. Un año maravilloso, de disfrutar. Llegué en julio y éramos nueve jugadores. Estaban en huelga porque no se cobraba, con dudas incluso de si iba a arrancar el equipo. El último día de julio se logró el acuerdo, llegaron muchos más cedidos e hicimos un equipo de un nivel increíble. Era un poco eso, a ver si podía entrar en el fútbol profesional y dar el nivel para Segunda. Me fue genial. Participé muchísimo y fue una fiesta increíble todo el año. Subimos en la penúltima jornada, ganando al Huesca. Terminó la cesión y como aquí todavía no había mucho hueco, y el Xerez quería que siguiera allí, yo encantado. Era dar un paso más y probar a ver si podía estar en Primera”.

Álex Bergantiños y Adrián López 'Piscu' en 2007

Álex Bergantiños y Adrián López 'Piscu' en 2007 / Jose Lores

128: 29 de mayo de 2011: Nàstic-Albacete (2-1). De Granada a Tarragona, gol y salvación.

“Fue mi primer gol y, además, el día que nos salvamos. Yo llego en Navidad a Tarragona porque en el Granada jugaba poco y con el club vimos que lo mejor era buscar un sitio para intentar tener más minutos. El Nàstic estaba último. En Navidad llegamos varios refuerzos e hicimos una segunda vuelta muy buena. En casa ganamos muchos partidos y ese ante el Albacete era el último en casa, el penúltimo de liga, y metí el 2-1. Empujé un balón que ya estaba para entrar. Ahí nos salvamos ya, sin necesitar la última jornada”.

130: 27 de agosto de 2011: Deportivo-Recreativo (1-0). Debuta con el Deportivo con 26 años.

“Recuerdo sobre todo a mi familia pidiendo entradas para venir todos, también los familiares que tengo por la aldea, que me habían visto en menos en partidos. Ese día era culminar el sueño de cuando era juvenil y estaba viendo los partidos de Champions en la grada de Riazor. Poder estar tú con esa camiseta en el campo es culminar el sueño de un chico de la ciudad que sueña con jugar en ese estadio”.

136: 1 de octubre de 2011: Deportivo-Guadalajara (4-0). Doblete, sus primeros goles con el Dépor.

“Los dos fueron en menos de diez minutos y los dos a pases de Valerón, que era uno de mis ídolos de la infancia. Ya solo poder estar en la plantilla con él era un sueño, y venir a entrenar con ellos a Abegondo. Verte en Riazor metiendo dos goles, yo que no soy de meter muchos, la verdad es que fue uno de los días más felices de mi vida”.

171: 27 de mayo de 2012: Deportivo-Huesca (2-1). Otro ascenso a Primera, esta vez con el Dépor.

“Fue un ascenso con récord de puntos (91) que hicimos en Villarreal en el último partido. El de Huesca fue el penúltimo. Dentro de que ganamos mucho e hicimos ese récord, fue un año sufrido porque teníamos la presión de subir y había tres equipazos: Celta, Valladolid y nosotros. Llegamos muy apretados al final y era como la liberación de todo el año poder conseguirlo. Fue una fiesta increíble, vivir eso en tu primer año en el primer equipo, jugar 42 partidos y ascender a Primera, creo que no se puede pedir más. Recuerdo la fiesta de la ciudad, la Torre de Hércules con las bengalas que nos hicieron, todo el pasacalles, el estar al lado de Valerón, de Manuel Pablo, disfrutando de eso, es algo guardado para siempre y uno de los mejores momentos”.

238: 31 de mayo de 2014: Deportivo-Jaén (1-0). Bajar para volver a subir.

“Fue un año muy diferente al del anterior ascenso porque en verano el club estuvo al borde de la desaparición, fueron momentos muy tensos. Yo estaba ya como capitán, ya tenía también mucha más presión y exigencia con todos esos problemas que había habido con Hacienda y con los impagos. Fue una época difícil y creo que fue el año más milagroso de los últimos del club, porque empezamos con 14 o 15 del primer equipo. Muchos canteranos debutaron. Fue una liga de mucho peor nivel, yo creo, porque pienso que ese año la Segunda era bastante más floja y eso fue lo que nos permitió un poco competir con ese equipo, estar ahí y, con el empuje de Riazor, lograrlo con un equipo con cuatro retales que se mejoró un poco fichando en enero. Subimos directos con el Eibar”.

Bergantiños celebra su gol en el Camp Nou ante el Barcelona en 2015

Bergantiños celebra su gol en el Camp Nou ante el Barcelona en 2015

273: 23 de mayo de 2015: Barcelona-Deportivo (2-2). Agónica salvación en el Camp Nou.

“Ese año fue una agonía, quizá el año que más sufrí porque nos pasó de todo, a mí a nivel individual también. Fue el año de Jimmy, de todo lo que nos pasó, estábamos prácticamente descendidos, el año del gol de Lopo en San Mamés faltando tres jornadas. Creo que todos lo vimos perdido. Jugando ante el Barça, y perdiendo 2-0, era un poco: ‘Ya está, qué vamos a hacerle’. Y el poder darle la vuelta, salvar el año y quedarnos en Primera fue una liberación grandísima, porque fue un año durísimo y de mucho sufrimiento en todos los aspectos, con mucha fracción social y con resultados malísimos. Creo que fue el peor año en cuanto a sufrimiento de mi vida deportiva e incluso personal”.

278: 12 de diciembre de 2015: Barcelona-Deportivo (2-2). Goles de Lucas y Álex.

“Volvimos al Camp Nou en Navidad, con mejor plantilla. Estuvimos casi toda la primera vuelta en puestos de Europa. Esa foto junto a Lucas es un poco icónica. Dos coruñeses jugando en Primera, con el equipo de su ciudad y marcando en el Camp Nou. Creo que también sirve un poco de referente a muchos otros chicos que lo vivieron. Lógicamente es poder decir: ‘He llegado a mi tope futbolístico, soy jugador de Primera, compito contra equipos grandes, contra los mejores jugadores del mundo, y puedo hacerles frente’. Más allá de que nunca tendré el nivel de los jugadores del Barcelona, pero les pude hacer frente y pude competir con ellos y sacar rendimiento”.

300: 12 de marzo de 2017: Deportivo-Barcelona (2-1). De la posible salida a un gol triunfal.

“Es el año de Garitano y Pepe Mel en el que apenas juego, y es cuando le meto el gol al Barça aquí en Riazor, que es otro de los momentos claves en mi carrera, o que me marcaron mucho, porque fue un año en el que no contaba nada y estuve a punto de irme a Estados Unidos en el mercado invernal porque tenía una propuesta muy buena. Contra el Barcelona hubo bajas en mi posición, entré yo a ese partido, y lo ganamos con gol mío. Fue un poco esa liberación de meter un gol aquí en tu estadio. Aparte era muy importante clasificatoriamente, porque estábamos abajo. Y al no haber jugado nada en todo el año, el poder sumar, aunque solo fuera con ese partido, me marcó mucho. Al final conseguimos salvarnos en la penúltima jornada. Yo sabía que el club estaba creciendo, que no iba a ser útil, y tenía claro que iba a salir. Luego lo de Estados Unidos se torció y tenía opciones de Segunda. Lo que más me compensó fue lo de Gijón, y ahí fui”.

346: 10 de junio de 2018: Sporting-Valladolid (1-2). A punto de ascender en Gijón.

“Fue un año muy bonito para mí a nivel personal. Ya tenía a mi hija y empezó el colegio allí. En Gijón la gente nos acogió excepcionalmente. Deportivamente era un poco el contraste. Me fue muy bien, jugué prácticamente todo, pero perdimos el play off contra el Valladolid, que fue un poco la pena de ese colofón de devolver un poco el cariño de cómo me acogió la gente allí. Al principio sí que iba con un poco de respeto, porque iba como jugador veterano, y las aficiones de Sporting y Dépor tampoco se llevan muy allá, y tenía un poco de miedo por cómo iba a salir. La verdad es que solo tengo palabras de agradecimiento”.

Bergantiños, el día que sufrió el durísimo golpe en la boca, de Riazor al quirófano

Bergantiños, el día que sufrió el durísimo golpe en la boca, de Riazor al quirófano / Casteleiro/Roller Agencia

384: 20 de junio de 2019: Dépor-Mallorca (2-0). Durísimo golpe en la boca, de Riazor al quirófano.

“Fue el susto más grande de mi carrera y el momento más traumático para mí y para el club, porque era la eliminatoria final por el ascenso, San Juan, todo un poco encaminado con el 2-0 de la ida en Riazor, y luego vivir la vuelta en Son Moix en la grada, con 70 puntos en la boca, es una secuela que tendré de por vida. El no poder ayudar… ¿Qué hubiera pasado si pudiera haber estado? Eso me ha quedado marcado para siempre. Más allá de mi sentimiento individual, o de si el gol de Pablo Marí o el de Quique [González] que tuvimos hubiera entrado, la historia reciente del club habría sido totalmente distinta”.

423: 7 de agosto de 2020: Dépor-Fuenlabrada (2-1). Adulteración de la competición y ‘paripé’.

“Es el año del COVID, un año también muy intenso. En la primera vuelta solo ganamos el primer partido y el último. Terminó con un descenso con cincuenta y tantos puntos, que fue de los más caros, con ese revuelo de todo lo que nos pasó, con la frustración de todo lo que pasó con el COVID y de cómo terminó el año. Ya era duro jugar los partidos de la burbuja esa que se hizo, ir a campos vacíos, cómo tenías que… Mientras la gente aún estaba con limitaciones, nosotros nos saltábamos algunas cosas para competir y que el circo del fútbol estuviera vivo. Era difícil pero estábamos en plena pandemia y tenía que ser así”.

440: 28 de marzo de 2021: Deportivo-Zamora (2-0). Mal menor evitando otro nuevo descenso.

“Fue un año también complicado, aún estaban los campos vacíos, el formato era malo, penalizaba mucho, y la plantilla creo que también no estuvo preparada. Creo que veníamos con muchos jugadores que no supieron adaptarse a lo que era la Segunda B y no estaban preparados para competir en esa categoría. Fue gracias a los Villares, Rayco y compañía, que nos echaron un cable al final, como conseguimos mantener la Primera RFEF, que fue el mal menor”.

482: 11 de junio de 2022: Deportivo-Albacete (1-2). Otro palo en una final por el ascenso.

“Es un poco el sino que nos ha tocado estos últimos años, lo de Mallorca en el último momento, la última jornada contra el Fuenlabrada, lo de la final ante el Albacete… pero bueno, hay que afrontarlo, es deporte y hay que seguir. Al final no sirve de nada lamentarte, pararte, porque el fútbol, el deporte y la vida es presente y tienes que afrontar el siguiente reto que tengas”.

500: 8 de abril de 2023: Dépor-Fuenlabrada (4-2). Iguala los 331 de Pancho García.

“No es un sueño cumplido, es un sueño multiplicado. Yo soñaba con un único partido, con debutar con el equipo. Recuerdo la primera vez que fui con 18 años convocado con Irureta. Solo con tener la camiseta con mi nombre, ya sentía un sueño realizado, y poder haber vivido tanto tiempo de éxitos y palos, pero siempre intentando sumar en el equipo de mi ciudad, cuando me retire, que eso quede ahí un poco, sentirte parte de esa historia… Es un poco el reconocimiento a mi esfuerzo y estaré eternamente orgulloso de lo que he conseguido con mis condiciones”.

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