Ainhoa Marín: “Yo no voy a estar tranquila hasta que ascienda a Primera con el Dépor”

Ainhoa Marín (Badalona, 2001) llegó al Deportivo Abanca hace dos temporadas con el ascenso entre ceja y ceja. No piensa en otra cosa que en lograrlo con un club con el que de alguna manera se siente en deuda, sea este curso o en los siguientes. El equipo blanquiazul abrirá este sábado (20.00 horas) contra el Granada en el estadio de Los Cármenes la final de un play off al que llegó después de rozar con los dedos el ascenso directo. A la atacante deportivista, al igual que a sus compañeras, le tocó asimilar un golpe muy duro. Después de superar al Cacereño en una primera ronda muy igualada, Ainhoa pronostica una eliminatoria todavía más disputada ante las andaluzas.

¿Se han acostumbrado ya a jugar cada semana una final?

Sí. Yo lo veo un poco como una lotería en la que tienes que ser consciente de tus puntos fuertes. Podemos jugar con el factor campo, con el resultado, pero sin dejar de ir a ganar porque cuando planteas un partido en el que no vas a por la victoria ya estás decantando hacia donde puede ir el resultado. Aún teniendo la ventaja del empate vamos a ir a por todas para conseguir un muy buen resultado en Granada.

¿Intimida jugar en un estadio grande como Los Cármenes?

A mí personalmente no. ¿A qué jugadora no le gusta jugar en un estadio y sentir a la gente aunque sean de tu rival? Es algo que no pasa muchas veces y si te dan la oportunidad de vivirlo yo levanto la mano y digo que sí. No es algo que me haga pequeña, al contrario, es algo que me hace sentir que algo he hecho bien para llegar a un escenario así. A mí me motiva muchísimo jugar allí porque el fútbol donde más se vive es en los estadios. Y además en un horario así, un horario de Champions.

¿Esperan una eliminatoria muy diferente a la del Cacereño?

Sí, sobre todo porque el Granada es un equipo distinto. A mí me encanta, tienen jugadoras muy buenas y que tienen muy claro a lo que juegan. No tienen nada que ver y creo que todavía va a ser más sufrido que contra el Cacereño.

¿Más todavía?

Sí, porque el Granada va a generar muchas más cosas y nosotras también. Va a ser una taquicardia constante.

La anterior ya fue al límite, incluidas esas paradas de Yohana...

Hizo un partidazo. Si no es por esa parada del final que se va al larguero... Pero la anterior que va al suelo es incluso más buena, lo que pasa que te quedas más con la otra porque es hacia el final.

¿Las vio dentro?

La de abajo sí. La del final no tanto, pero la otra... Buah, fue increíble. Esas paradas también te motivan para hacer cosas y crear peligro.

¿Cómo llevan esta semana en el que el objetivo parece al alcance de la mano?

Es raro, porque esta temporada para mí no ha sido de las mejores. He ido un poco a contracorriente, con lesiones..., y no lo he pasado muy bien. Lo veo cerca, pero al mismo tiempo parece que nunca se acaba. Estoy deseando que llegue el último partido y poder dar todo en ese partido. Pase lo que pase voy a poder descansar tranquila, o no. Vivir en esa incertidumbre me tiene un poco agobiada, pero estoy deseando que acabe todo bien porque nos lo hemos currado mucho y hay jugadoras que lo han pasado muy mal.

¿Ha sido una temporada especialmente exigente?

La hemos vivido muy intensamente y emocionalmente te afecta. En un grupo, ver sufrir a una compañera te afecta, te pone tensa, por eso necesitamos llegar a ese final y que todo salga bien.

¿Les afectó el golpe de no ascender directas?

Fue muy duro. Muchas lo hemos pasado muy mal y cada una tiene sus tiempos. Además fue por la manera, se nos marchó dependiendo de nosotras. Cada una lo ha llevado de una manera diferente.

¿A usted le costó asimilarlo?

Sí. Yo soy muy competitiva y me cuesta asimilar la derrota o que no hemos jugado bien. Me cuesta mucho. Supongo que consiste en madurar, pero me frustra mucho. Puede que sea porque creo que un club como el Dépor siempre tiene que ganar porque sus objetivos son grandes. Al perder siento que decepciono, que me lo están dando todo y que no cumplo. Mi única forma de devolver ese trato es haciéndolo bien. Me exijo mucho, pero también me gusta porque eso saca un poco la jugadora agresiva que puedo ser. Si me lo tomara de otra forma creo que me estaría relajando.

¿No consigue acostumbrarse al error?

Es que yo vivo del regate y eso tiene un lado bueno y otro malo. Yo ahora mismo tengo el menisco roto y sé que no todas mis acciones pueden ser buenas. He aprendido que tengo que convivir con el fallo y que a veces hay que jugar más fácil.

¿Con el menisco roto no ha pensado en parar?

Estoy bien, muchos jugadores juegan con el menisco roto y a lo mejor ni lo saben. Creo que llevaba tiempo así y no me había dado cuenta hasta un gesto tonto. Al final de temporada tocará operar. Hay semanas que las paso peor y otras mejor. Me molesta porque sé que podría dar un rendimiento mejor al que estoy dando, pero mi cuerpo se ha adaptado muy bien. Además, me han cuidado mucho, por eso siento que debo cosas.

¿Siente que el ascenso es como una deuda en ese sentido?

Yo he firmado tantos años con un objetivo muy claro y ahora tengo el aliciente de que está muy cerca. Soy ambiciosa y quiero que tanto el club como yo estemos arriba. Quiero jugar en Primera y que el Dépor esté en Primera. No pienso en otra cosa. Yo he jugado en Primera con el Espanyol, pero aquí es diferente.

¿Por qué?

Porque estoy en otra etapa de mi vida. Allí era la pequeña, los ojos con los que te ven no son los mismos que aquí. Mi papel era de revulsivo y aquí tienen expectativas sobre mí.

¿Tiene claro que su sitio está aquí sea cual sea el desenlace de la temporada?

Sí, lo tengo clarísimo. Yo no voy a estar tranquila hasta que no subamos a Primera. Y cuando subamos a Primera mi objetivo va a ser otro. Será hacer un equipo estructurado y grande para no tener que luchar por descensos y que te vean como un equipo grande, que es lo que merece este club.