José Ángel y Salva marcan el camino al Deportivo

La fuerza del Deportivo reside en su juego interior y se refleja de manera directa en sus dos mediocentros. Idiakez explicó en la previa la importancia de introducir al centrocampista de 39 años junto al sevillano. El sevillano es acaparador de posesión y espacio, pero supo entender y comprender qué podía aportar el ex del Alavés a su lado. Y a partir de ellos, el Dépor está construyendo su nueva forma de ser.

José Ángel y Salva Sevilla fueron, junto a píldoras de Pablo Vázquez y Hugo Rama, lo único destacado de una primera parte insulsa. Fueron los dos jugadores que no se amedrentaron ante la presión de enfrentarse al líder. Los únicos, seguramente, que disfrutaron sobre el campo. Aunque uno parecía un molinillo de viento exigiendo más a sus compañeros y el otro discutía consigo mismo en cada acción. A través de ellos pasó, también, el partido del Dépor.

La segunda parte fue todo lo que debe ser el Deportivo en Primera RFEF: vivo, valiente, dominador, agresivo y emocionante. Pero solo lo puede ser con una estructura sostenible. Y esos cimientos los levantan José Ángel y Salva. Si alguien dudó del posible compromiso de quien en su día fue rival, las continuas muestras de su carácter lo disiparon por completo. Porque del ex del Tenerife ya se sabía que era un jugador que imprimiría nervio y mala leche, pero el de Berja, además de sus excelente golpeo, ha llegado para sumar toda su personalidad sobre el tapete.

Esa fuerza fue clave. Pero, sobre todo, fue su temperamento el que sirvió para contagiar al resto. Primero rescataron a Hugo Rama, perdido entre las líneas rivales; luego a Lucas, que brilló pese a quedarse sin gol; y al final lograron que todo el equipo se enganchase al ritmo de Riazor. Todo sin renunciar al excelente pie que ambos suman. Con ellos, el fútbol es más fácil y el Deportivo tiene un camino que seguir.