El Deportivo se queda desnudo

La derrota contra el Real Unión expone las debilidades del equipo y lo deja en una posición incómoda en mitad de la clasificación - Las decisiones de Idiakez y el rendimiento de la plantilla, en entredicho

Villares, Salva Sevilla y Mackay, tras encajar uno de los goles en Irún. |  // LOF

Villares, Salva Sevilla y Mackay, tras encajar uno de los goles en Irún. | // LOF / M. Otero

Marcos Otero

Marcos Otero

El Deportivo se quedó desnudo el domingo en Irún. La contundente derrota contra el Real Unión dejó al descubierto buena parte de las debilidades de un equipo que afronta ahora un momento especialmente delicado. Todas sus vergüenzas quedaron expuestas en el Stadium Gal después de un arranque de temporada decepcionante y lejos de las expectativas depositadas al inicio del campeonato. El ambicioso proyecto diseñado por el máximo accionista (Abanca) luego de la reestructuración efectuada en verano ha quedado en entredicho. Casi nadie sale bien parado de lo ocurrido en Irún, empezando por la dirección deportiva y su planificación, pasando por el entrenador y acabando por unos jugadores que están alejados del nivel que se espera de ellos. El equipo ha tenido que afrontar imprevistos, especialmente relacionados con las lesiones, pero su rendimiento ha ido empequeñeciéndose hasta desembocar en la versión especialmente pobre del domingo en Irún que llena el horizonte de muchas dudas.

Sin continuidad.

Las dos victorias consecutivas contra el Sabadell y el Nàstic, sumadas a la lograda frente al Covadonga en el primer partido de Copa del Rey, parecía que habían aportado tranquilidad al equipo para crecer y dejar atrás un inicio de temporada titubeante. Todas llegaron sin demasiados alardes y al final resultaron un espejismo por lo visto en Irún. El equipo ha quedado instalado en la zona media de la clasificación, lejos de las posiciones que le parecían reservadas al comienzo de la temporada en un grupo especialmente benévolo para sus intereses de ascenso directo. A pesar de que los resultados de la jornada no le castigaron más de la cuenta, está a seis puntos de las posiciones de play off y a siete del liderato que ocupa el filial de la Real Sociedad.

Imagen muy dañada.

El Deportivo se dejó en Irún tres puntos y buena parte del crédito que podía tener después de un arranque de campeonato en el que no ha estado a la altura de lo que se esperaba. El equipo dimitió después del tercer gol local y no hizo ni siquiera el amago de reaccionar. Esa resignación fue lo que más afearon tanto el entrenador blanquiazul, Imanol Idiakez, como el director de fútbol, Fernando Soriano, que compareció al final del partido dada la magnitud de la estocada recibida. Los dos coincidieron en la falta de amor propio demostrada sobre el campo por un equipo al que sin embargo le faltaron sobre todo argumentos futbolísticos para contrarrestar la superioridad del rival.

Un Deportivo sin identidad.

El equipo todavía no ha encontrado su personalidad. Al comienzo de la temporada parecía que se apostaría por un estilo más directo, basado en el empuje, la verticalidad y la profundidad por las bandas, pero a Idiakez se le fueron cayendo piezas por el camino. Perdió a Yeremay, también a Barbero, que justificaba como referencia ofensiva esa apuesta por enfocar el juego hacia los costados con extremos, y tuvo que modificar el guion. La apuesta por un centro del campo más poblado, con José Ángel, Salva Sevilla, Villares y Hugo Rama, no ha terminado de cuajar y el equipo echa en falta a un futbolista capaz de conectar con la línea ofensiva. Hugo Rama sufre en la banda y Lucas no encuentra socios porque el juego se ha ido volviendo más horizontal, más previsible.

Sin gol y sin recambios.

Los problemas se traducen en un equipo al que le cuesta un mundo marcar. Lucas aún no se ha estrenado y Martín Ochoa apenas encuentra situaciones de remate por las dificultades para alcanzar el área. El perfil del canterano, que se ajusta al de delantero rematador que posee Barbero, no encaja en un juego sin profundidad por las bandas. El rompecabezas de Idiakez no cuenta con laterales profundos y las alternativas que puede haber en el banquillo, como Valcarce, Davo o Cayarga, todavía no han dado el nivel que se esperaba de ellos cuando aterrizaron en el club.